Con el fin de valorar la utilidad de las técnicas de ecocardiografía un estudio experimental en 67 perros y un estudio clínico en 7900 pacientes, con cuatro protocolos diferentes. Protocolo i: el método de contraste ecocardiográfico es muy sensible y especifico como diagnostico de la regurgitación. Igualmente se puede utilizar como método semicuantitativo de valoración de la severidad. Protocolo ii: el método de doppler es muy sensible para la valoración y diagnostico de la regurgitación. Una profundidad de la turbulencia en la aurícula, superior a 2 cm separa las insuficiencias grado i-ii de las iii-iv. Un área de turbulencia superior a 3 cm2 separa las insuficiencias de grado iii-iv de las de i-ii. Protocolo iii: la presencia de flujos laminares de regurgitación tricúspide son índices: severidad de la lesión. Bajo gradiente entre cámaras derechas, grandes orificios de regurgitacion, posible origen orgánico de la lesión. Protocolo iv: la presión sistólica pulmonar se puede calcular en presencia de regurgitación tricúspide, añadiendo al gradiente entre cámaras derechas calculado por doppler la k= 14 mmhg. En presencia de flujos laminares la constante se modifica al valor medio de la presión de aurícula derecha k= 24mmhg.
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