El que la historia habría de conocer como Emperador Carlos V se convirtió con tan sólo 16 años en el monarca más poderoso del mundo y tras dos años fue elegido como cabeza de la más alta dignidad política del mundo cristiano, el Sacro Imperio Romano-Germánico.
De sus abuelos maternos, los Reyes Católicos, Carlos V recibió gran parte de la península Ibérica, junto a otra serie de dependencias repartidas por Europa, Africa y América. Separadas los dos grandes reinos de Castilla y Aragón a la muerte de Isabel la Católica, la unión de las dos Coronas en Carlos fue sin duda un elemento que contribuyó decisivamente a la consolidación de la Monarquía Española, aunque para ello tendría que hacer frente a un problema pendiente desde el reinado de Isabel y Fernando; el de la invertebración hispánica de la que es fiel reflejo el tema que nos ocupa en este trabajo y al que hemos titulado ""Las Comunidades de Castilla (1520-1521); Propaganda y Nacionalismo. En él queremos ofrecer un nuevo punto de vista a través del análisis pormenorizado de las diferentes formas propagandísticas comuneras, de un sentimiento y unos ideales nacinalistas que, a pesar de haber surgido hace casi cinco siglos, siguen estando de plena actualidad en nuestro país, dado el auge de las posiciones nacionalistas y regionalistas que proliferan en cada una de nuestras actuales Autonomías.
Precisamente, los acontecimientos que este estudio analiza podrían considerarse ""germen"" del moderno nacionalismo castellano. Los documentos analizados nos permiten llegar a esa conclusión.
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