La arquitectura actual interpreta las condiciones previas aportadas por el patrimonio sin renunciar a su contemporaneidad, manifestada a través de un proyecto construido desde el presente, dentro de su propio contexto cultural, explicitando así que cada tiempo tiene su propia arquitectura. De esta manera, el papel mediador de la arquitectura en la intervención sobre el patrimonio consistirá en interpretar lo heredado, incorporando ante todo la condición de utilidad que demanda nuestra sociedad, mirando hacia el futuro. La intervención sobre el patrimonio es así un caso particular de la acción arquitectónica contemporánea.
El patrimonio construido impone fuertes condiciones debido a su naturaleza preexistente. En el caso del patrimonio monumental o el arqueológico, los criterios aplicables suelen ir dirigidos a la preservación de su integridad formal y material, estableciéndose unos límites a la intervención bastante acotados por la legislación. Por el contrario, en el patrimonio industrial, el etnológico o en el de la propia arquitectura del siglo XX existe un mayor margen para la interpretación, la frontera entre el objeto patrimonial y la arquitectura contemporánea es más difusa, ofreciendo mayores oportunidades para su transformación y alteración.
La estructura es inherente a la arquitectura y al patrimonio. Ambos necesitan de un soporte que asegure estabilidad, resistencia y durabilidad. La arquitectura moderna descubrió en la estructura oportunidades nuevas para el proyecto: la ligereza, la dislocación estructura-envolvente, la ampliación de la escala posible de los espacios o de los edificios, o la construcción en serie a través de la prefabricación, fueron posibles debido a la nueva forma de entender la relación entre arquitectura y estructura. El comienzo del nuevo siglo XXI se caracteriza por el enorme desarrollo de herramientas tanto para el cálculo como para la generación de formas complejas. Las posibilidades creativas y adaptativas de lo estructural dentro del proyecto de arquitectura se han multiplicado.
Se establecen en este trabajo ocho categorías que caracterizan las relaciones (contemporáneas) entre estructura, arquitectura y patrimonio construido en el contexto cultural del siglo XXI en España. Bajo la denominación general de coalición de estructuras, estas categorías sintetizan diferentes maneras de abordar el proyecto de intervención en patrimonio a partir de la integración en la arquitectura de una determinada idea de estructura: capas, cofres, mutaciones, inserciones, acupunturas, deconstrucciones, analogías, y grutas.
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