La escultura contemporánea ha ido precipitándose hacia una fragmentariedad que es más una ausencia de contenido conceptual que de partes ausentes en la totalidad de su aspecto formal.
Si bien es cierto que lo fragmentario, lo roto,lo incompleto, ha sido una categoría cultivada por los artistas en todos los tiempos, no es sino a partir del Renacimiento , como producto nostálgico d ela ruina clásica, cuando la presencia de esculturas fragmentadas se impone como un simulacro; un falseamiento que dará pie a presentar el trozo fragmento no como parte de un todo, sino como el todo mismo.
Lsa estatuaria neoclásica y más tarde la novecentista impondrán al espectador la falsedad, también , del tratamiento de la materia , en la que el fragmento se imita y las partes quebradas resultan tan elaboradas como las que muestran partes completas.
Las vanguardias , los objetos encontrados, la evolución abstracta de formas simples de la escultura del siglo XX, ha sido despojando alo escultórico de presencia material pero también de ambición temática en lo que a sus contenidos se refiere.El artista del siglo XXI acabará por presentarnos unas obras de arte que un ávido espectador acabará engullendo sin dificultad, ávio también de agotar y consumir unos mensajes tan livianos, triviales y asequibles como el sabor de la fresa una mañana de verano.
La primera parte de la tesis aborda un estudio del concepto de fragmento en la estética a través de los siglos, con esespecial relevancia para los tres últimos.
En una segunda, se muestran obras y artistas que han cultivado este género , procurando comparar manifestaviones comunes en periodos diversos de la Historia del Arte.
En las conclusiones, como si de una mesa de disección se tratase, se exponen una serie de conceptos relacionados con lo fragmentario , lo trivial ,lo roto , lo imcompleto.Por medio de ellos, se llega a la conclusión de que la intrascendencia es una de las c
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