Nos encontramos en una era post ecológica en que la naturaleza como arquetipo separado de lo humano ya no existe. Una era conocida como Antropoceno, en la cual el calentamiento global, comúnmente conocido como cambio climático, es para muchos su crisis más emblemática. Un momento, por lo tanto, de responsabilidad personal y global, en el que la acción se hace necesaria (Purdy, 2015). Un tiempo en el que idear respuestas estratégicas, que desde la combinación de la planificación y la acción posibiliten el desarrollo de la investigación y al mismo tiempo que catalicen procesos culturales y físicos encaminados a la resiliencia.
En ese contexto global, la tesis cuestiona el tratamiento de las costas, su planificación, gestión y diseño. Defiende que su reformulación debe venir de la mano de un cambio radical del marco conceptual en el que se ha desarrollado su transformación a través de planes y proyectos, en los últimos siglos. Este primer cambio de la costa, se reclama en la tesis mediante la elaboración de un conjunto de proposiciones que confrontan los modelos actuales con otros nuevos, como respuesta al cambio de condiciones que esperamos, dentro del marco incierto del cambio climático. Pero el objetivo principal de la tesis no es la crítica, sino que su utilidad consiste en elaborar un conjunto de propuestas conceptuales y de diseño desde las que reformular la relación del desarrollo del hábitat humano con las dinámicas litorales y los peligros inherentes del cambio climático. Esto se lleva a cabo a través de un conjunto de casos de estudio representativos de lo que el sociólogo alemán Ulrich Beck denomina la metamorfosis del riesgo (Beck, 2015). Para él, no se trata de contemplar las consecuencias negativas que nos traen las nuevas condiciones económicas y ecológicas globales sino, por el contrario, aprovechar las consecuencias imprevistas, pero potencialmente positivas y emancipatorias de las catástrofes. El cambio climático es, sin duda alguna, la catástrofe emblemática de la condición antropocena. Pero esto significa también que vivimos un momento de alumbramiento de nuevos órdenes, estructuras y relaciones, que Beck nos alienta a analizar como si fueran el germen de futuras estructuras y tipologías. Para ello se estudia en profundidad la respuesta de las instituciones, los planificadores y los proyectistas a las inundaciones provocadas por el huracán Katrina a finales de agosto de 2005 en las costas de Luisiana, Mississippi y Alabama y por el huracán Sandy a finales de octubre de 2012 en la costa de Nueva York y Nueva Jersey. A partir de su comprensión, la tesis formula un abanico tipológico y tecnológico de herramientas con el que abordar una segunda metamorfosis de la costa. Una costa libre del concepto metafísico de una naturaleza estática a la que hay que proteger, abriendo de este modo la puerta a la ecología sintética del diseño de paisajes costeros resilientes.
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