La investigación analiza qué se puede esperar de la lectura de los textos del pasado e intenta responder a esta cuestión a través del estudio de la obra de Leo Strauss (1999-73). En el transcurso de la investigación, se defiende la filosofía straussiana como una filosofía socrática, de la que se deriva la necesidad de una moderación política y de una educación liberal capaz de formar una élite política también moderada. El estudio sostiene que la lectura de los textos del pasado y la lectura de la obra de Strauss comparten un mismo valor: facilitar posibilidades que se consideraban superadas o que, sencillamente, habían sido olvidadas. La lectura de los Grandes Libros del pasado constituye, así, una actividad liberadora que justifica la pertinencia de seguir reivindicando el valor de aprender leyendo.
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