Se puede afirmar que el tratamiento de la imaginación tiene en Marías dos antecedentes principales:Unamuno y Ortega. Marías se inspira en ambos autores. El resultado final será una perspectiva propia y personal, si bien en gran medida condicionada por la asimilación y por el posterior acoplamiento de lo asumido en un caso y en otro.
Por una parte Marías presta especial atención a la tesis unamunianas sobre la irracionalidad de la vida y sobre la defensa de la imaginación como función vital primordial. Según Unamuno la vida seria fundamentalmente irracional e imaginativa. No podría ser pensada ni sometida a reflexión racional. Solo cabría mostrarla mediante un ejercicio, a su vez, imaginativo: la novela. Para Marías, si se quiere saber como "entendia"Unamuno la vida, no cabría sino leer sus novelas.
La asunción del legado orteguiano resulta más compleja. Además de que Marias interpreta el conjunto de su propio quehacer filosófico como una prosecución creativa de la obra de Ortega, en el tema concreto que nos ocupa, son dos las tesis orteguianas que Marías asume.
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