El concepto de utopía ha sido estudiado desde diversas ópticas y disciplinas. La crítica política es una de ellas y se vale de todo un conjunto de herramientas educativas, laborales e incluso arquitectónicas para proyectar una sociedad alternativa que garantice la armonía social. La utopía, la crítica política y el pragmatismo fueron de la mano en el siglo XIX. Con la llegada de la Revolución Industrial y el liberalismo, los socialistas utópicos alzaron la voz contra un nuevo mundo que prometía la felicidad individual pero descuidaba el bienestar general. Esta corriente de pensamiento se desarrolló en diversos lugares de la Europa más avanzada, principalmente en Gran Bretaña y Francia. También España, en su intento por instaurar un nuevo Estado-nación moderno, importó ideas del socialismo utópico.
Los estudios realizados hasta la fecha evidencian la influencia que el Conde de Saint-Simon, Charles Fourier o Étienne Cabet tuvieron sobre algunos reformistas españoles. Sin embargo, no se ha demostrado hasta el momento influencia alguna del socialista utópico Robert Owen. Los objetivos del presente estudio son analizar las principales líneas reformistas del mismo, comprobar si empleó la arquitectura como arma política y demostrar que sus ideas sí tuvieron reflejo en el socialismo utópico español.
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