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La reconceptualización de la seguridad en las políticas migratorias: la inmigración irregular en España

  • Autores: Lorenia Aquino Mendoza
  • Directores de la Tesis: Francesc Morata Tierra (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universitat Autònoma de Barcelona ( España ) en 2010
  • Idioma: español
  • Tribunal Calificador de la Tesis: Montserrat Pi Llorens (presid.), Josep Ibáñez Muñoz (secret.), Leticia Delgado Godoy (voc.)
  • Materias:
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • En las agendas políticas de los Estados, destacan dos temas, que a su vez, están relacionados entre sí: Seguridad y Migración. En este siglo XXI, el control de entrada y las políticas de administración de los flujos migratorios, en general, se han convertido en políticas restrictivas y, en ciertos casos, prohibitivas. Prácticamente todos los países (receptores o no) controlan y limitan los flujos, seleccionando incluso a los que desean admitir. La restricción parece ser la regla, mereciendo la calificación de, como apunta Saskia Sassen, 'moderno asalto a la libertad de circulación' . Ahora bien, si es cierto que todos los países controlan la entrada de extranjeros, no es menos cierto que sus políticas migratorias poseen sus propias directrices.

      La continuidad, el volumen y la diversidad de la composición de los flujos de personas han otorgado a la migración un protagonismo cada vez mayor en las agendas políticas de los gobiernos y en los foros internacionales. A partir de los atentados del 11 de septiembre del 2001 y el 11 de marzo del 2004 -y los subsecuentes ataques terroristas a países occidentales-, la gestión de las migraciones incorporó en las agendas políticas no sólo los enfoques económicos, laborales y de integración previos, sino también una estrecha vinculación entre migración (específicamente la inmigración irregular) y el concepto de Seguridad. Los ataques terroristas que sufrió Occidente invocaron la necesidad de protección frente a los flujos migratorios irregulares, considerados, a partir de ahora, amenazas a la Seguridad Nacional.

      Sin duda, el concepto de 'Seguridad' influyó poderosamente en la política internacional durante el siglo XX. Tanto la 'Seguridad' como el concepto de 'amenaza' (strictu sensu) se entendían en términos 'tradicionales' (de estrategia militar, defensa y política exterior) hasta el final de la Guerra Fría. Fue entonces, a partir de finales de los años ochenta (coincidiendo con la caída del Muro de Berlín y la desaparición de la Unión Soviética), que en el mundo académico comienzan a darse continuas reflexiones sobre la necesidad de redefinir, tanto el concepto, como los componentes de la agenda política de Seguridad de los Estados; es decir, los intereses nacionales, las nuevas amenazas y los objetivos principales e hipótesis de los nuevos conflictos.

      En esta nueva etapa de discusión, sobre la reconceptualización de la Seguridad, comienzan a aparecer estudios que no sólo incluían en ésta temas militares, sino también económicos, sociales, políticos y medioambientales. La Seguridad, pues, adquiere una visión más 'amplia' (y no sólo estratégica) de los conflictos. En esta nueva visión ampliada de Seguridad se incluyen amenazas de carácter global, como el terrorismo, el crimen organizado, el narcotráfico, los daños al medio ambiente, las reivindicaciones étnicas y los flujos migratorios incontrolados. La migración, en particular los flujos irregulares, también se categoriza como una amenaza a la Seguridad; es decir, en términos de la Escuela de Copenhague, se considera objeto de 'securitización' . Así, la migración es considerada, tanto por las sociedades emisoras como las de acogida, un reto a la Seguridad económica, política, laboral, pública y de cohesión e identidad nacional.

      España se caracteriza no sólo por ser un país receptor de extranjeros, sino también porque su política migratoria refleja una lucha tímidamente contradictoria. Esta contradicción se da por la búsqueda constante de la coordinación de políticas, las cuales descansan en un equilibrio de intereses repartidos en: los beneficios económicos, laborales y demográficos, la existencia de fuertes reticencias a la admisión de inmigrantes , el reconocimiento de obligaciones morales y, por último, el condicionamiento a la supranacionalidad de las políticas de la Unión Europea.

      Por otro lado, la existencia de diversas razones hace inviable la pretensión de restringir severamente los flujos de inmigración en la Unión Europea. La Unión busca que se asuman políticas comunes respecto a la movilidad de sus ciudadanos, garantizando la libre circulación de personas dentro del ámbito comunitario a través de instrumentos normativos (como el Acervo Schengen). Sin embargo, también se busca controlar los flujos de inmigración no comunitarios, fortaleciendo la vigilancia sobre las fronteras exteriores (a través de mecanismos como FRONTEX). Además, la UE también es partidaria y meticulosa en la elaboración de medidas de control de flujos migratorios: como las normas y procedimientos comunes aplicables a los Estados miembros en cuanto a repatriaciones; los programas regionales de protección y de desarrollo; el programa de acción sobre la inmigración ilegal; la política común sobre el asilo y el refugio; etc.

      En el actual Programa de Estocolmo, es cierto que la UE muestra una visión más pragmática en las políticas europeas con respecto a los flujos migratorios, buscando regular los beneficios de éstos para los países comunitarios, especialmente de la inmigración más cualificada. Sin embargo, frente a esta declarada apertura en la perspectiva del fenómeno, se detecta la escasa voluntad de los Estados miembros de la UE a otorgar ciertos derechos a los residentes europeos nacionales de terceros países. Además, en la aplicación práctica de las políticas en materia de inmigración irregular, la UE y sus miembros responden a un sistema de 'fortaleza europea'. Este sistema se aprecia en diversas Directivas y Comunicaciones (especialmente aquellas que involucran a la Agencia de Control de Fronteras FRONTEX). Constantemente, se refuerza la idea de que la inmigración irregular es una amenaza a la Seguridad de la propia Unión Europea y de sus miembros, haciendo extensiva la relación del fenómeno migratorio con el crimen organizado (el terrorismo, el tráfico de personas o narcotráfico). Como apunta Guillermo Portilla, 'es este el verdadero rostro del discurso europeo basado en la igualdad teórica y la desigualdad efectiva' .

      Sin duda, la inmigración plantea claros desafíos para España y para la Unión Europea. Sin embargo, poco se cuestionan la legitimidad de los procedimientos y de las políticas implementadas para abordar estas preocupaciones. La concentración exclusiva en la lucha contra la inmigración irregular en las fronteras refleja una actitud inquietante y predominante, provocando un movimiento de securitización del fenómeno de inmigración irregular. La securitización no sólo ha provocado la vulneración de los derechos de los inmigrantes, sino también la reavivación de sentimientos excluyentes y xenófobos en las sociedades de acogida, dificultando la integración de éstos. Un ejemplo muy actual sería el de Italia, a principios de 2009, con el Gobierno de Silvio Berlusconi


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