El objeto de estudio de este trabajo es el nacimiento del sector turístico mallorquín en el primer tercio del siglo XX, un sector económico que ha acabado dominando totalmente la economía insular.
La presente tesis propone que las causas iniciales del éxito turístico mallorquín han de buscarse en una base económica y social dinámica y avanzada que diferenciaba claramente a Mallorca del resto de potenciales destinos mediterráneos que ofrecían una geografía y un patrimonio histórico igualmente atractivo. La sociedad mallorquina recibía con interés a los visitantes por causa de la extroversión que caracterizaba tradicionalmente a su economía. Los primeros turistas que llegaron a Mallorca descubrieron que allí podían gozar del Mediterráneo con comodidades europeas a muy buen precio. Estos turistas pertenecían a una nueva clase social: profesionales cualificados que querían ver cosas y que no disponían de un gran presupuesto ni de largas vacaciones.
A los empresarios mallorquines les costó adaptarse al nuevo turismo, pero a partir de 1930 lograron que Mallorca se convirtiera en uno de los principales destinos turísticos de Europa. Las empresas turísticas insulares adoptaron una estructura de distrito industrial caracterizada por mantener relaciones de cooperación/competencia simultáneas. Esta estructura facilitaba la aparición de negocios innovadores y la adaptación a los cambios que inevitablemente sufría la demanda. Es en la creación y consolidación de este distrito industrial, por tanto, donde hallamos la explicación a la pervivencia del turismo en Mallorca a lo largo de todo un siglo.
La tesis también propone que el turismo fue capaz de desarrollarse en Mallorca gracias a que recibió un notable apoyo social de la mayor parte de sus habitantes.
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