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Resumen de Enrique Segura Iglesias (1906-1994). Vida y obra de un retratista

Miguel Angel Alvarez Alvarez

  • Esta tesis doctoral versa sobre el pintor Enrique Segura Iglesias que nació en Sevilla en 1906 y murió en Madrid en 1994. A la temprana edad de diez años inicia sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos y de Bellas Artes de Sevilla, donde permanece durante catorce años consecutivos gracias a su lucha y tenacidad, convirtiéndose en discípulo de Gonzalo Bilbao. Tras obtener la pensión de pintura por parte de la Diputación de Sevilla en 1931, el artista inicia su periplo formativo en París y prosigue por otros enclaves españoles que le permiten desprenderse de la pintura costumbrista y localista que cultiva para abrazar el realismo pictórico. Durante su extensa carrera profesional atiende el paisaje, la naturaleza muerta, las composiciones con figura, y el retrato, un género que le catapulta al éxito junto a otros destacados retratistas del momento. Manuel Benedito, Fernando Álvarez de Sotomayor y Enrique Segura forman la trilogía más destacada del retrato español en el siglo XX. Aunque trabaja el óleo, principalmente, también maneja técnicas como el gouache, la pintura mural, y el dibujo. La prolífica obra que desarrolla en cada una de sus vertientes plásticas, se encuentra dispersa en colecciones particulares e instituciones tanto dentro de España como fuera de ella, lo que hace que resulte complejo un seguimiento exhaustivo de toda su obra.

    En 1945, 1948, y 1950, se alza con las más importantes medallas de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, y la crítica valora especialmente su concepción plástica tradicional con ciertos toques de modernidad logrando afianzarse como figura indiscutible de la pintura española del momento. Sus más de treinta exposiciones individuales, numerosos certámenes colectivos a los que concurre, y las cuatro Exposiciones Antológicas que celebra entre 1979 y 1985, son buena muestra de un artista profesionalmente inquieto.

    Hasta ahora, la vida y la obra del artista era un tema pendiente en la bibliografía sobre el arte español. Para su estudio, se han revisado todas las referencias escritas (bibliografía, fuentes hemerográficas, y documentos de archivo, principalmente) que han contribuido a crear un juicio de valor acerca de su figura y de su obra en el contexto académico, crítico, y social. Otros objetivos que han sido atendidos son los de cubrir la laguna bibliográfica que existe acerca de un pintor que apenas aparecía relacionado en los estudios sobre la pintura española contemporánea, la elaboración de un catálogo con su obra pictórica, y la recuperación para la Historia del Arte Español y Universal de su prolífica obra.

    A modo de conclusiones, se pueden extraer las siguientes ideas principales:

    1. Su periplo como pensionado revela cierto desinterés por los movimientos de vanguardia con los que contacta, manteniéndose aferrado a las corrientes pictóricas tradicionales.

    2. Enrique Segura sigue los pasos profesionales de su hermano Agustín Segura, pese a las diferencias en la forma de ser y de entender la vida. Aunque el primogénito siempre va por delante, con los años Enrique lo acaba superando en calidad y en número de obras realizadas.

    3. Su gusto por la renovación plástica le lleva a acudir año tras año ante la crítica de arte con las más recientes novedades en los géneros en los que se maneja.

    4. La obra del artista presenta una evolución estilística que guarda relación con su desarrollo y crecimiento profesional a través de cuatro etapas pictóricas claramente diferenciadas: etapa de formación (1906-1939), etapa de camino hacia el Realismo (1940-1949), etapa de madurez (1950-1979), y etapa final (1980-1987).

    5. Se puede afirmar que su consagración como pintor le llega con el lienzo Religiosos en 1950, una obra de raíz y tema clásico que lo posiciona en el panorama nacional dentro de una línea artística que es amparada por el Régimen 6. El retrato es el género que más prestigio le reporta ante la crítica de arte y la sociedad de su tiempo, unas obras de notoria calidad plástica sumidas en el realismo que ganan en profundidad espiritual. Se alza así en el retratista de las clases pudientes de su tiempo. Es posible que sin el empeño puesto por el artista, el género del retrato hubiese experimentado el mismo vacío que vivió a finales del siglo XIX tras la desaparición de la figura de Ramón Casas. Su extensa galería de retratos permite trazar una completa crónica visual de la alta sociedad española del tercer cuarto del siglo XX. 7. La pintura mural también goza de especial categoría y valor en su obra pictórica.

    En suma, Enrique Segura sigue su camino en el ámbito pictórico, se mantiene al margen de las modas y de las nuevas tendencias del momento, y defiende con absoluta libertad, originalidad y estilo, sus propias creaciones.


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