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La influencia de la cultura japonesa en los pintores vascos, desde mediados del siglo XIX a mediados del siglo XX

  • Autores: Susana Iturrioz Zubero
  • Directores de la Tesis: Ricard Bru i Turull (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universidad de Deusto ( España ) en 2016
  • Idioma: español
  • Tribunal Calificador de la Tesis: Xesqui Castañer López (presid.), Begoña Cava Mesa (secret.), Rafael Gil Salinas (voc.), Elena Barlés Báguena (voc.), María Jesús Cava Mesa (voc.)
  • Materias:
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  • Resumen
    • Este trabajo de investigación tiene como finalidad el estudio de la influencia de la cultura japonesa entre los pintores vascos, en relación al marcado interés que despertó la citada civilización en Occidente a mediados del siglo XIX y, en especial en París, centro divulgador de las corrientes artísticas más innovadoras que surgieron en el momento, como alternativa al academicismo dominante en Roma, aunque también nos detenemos en el asentamiento de la cultura japonesa en España, principalmente en Barcelona y Madrid.

      Mostramos la importancia de la bonanza económica en el País Vasco, que junto con una población más instruida -principalmente, a través de la puesta en marcha de las Escuelas de Artes y Oficios, la Universidad de Deusto y la Escuela de Ingenieros Industriales de Bilbao- actuaron como motores de la cultura. Las Exposiciones de Arte Moderno de Bilbao (1900-1910), publicaciones como El Coitao y Hermes, las actividades desarrolladas a través de los miembros de la Asociación de Artistas Vascos, fomentaron el interés por el arte, buscando transmitir una imagen moderna del País Vasco.

      Tras el gusto por los objetos chinos en el siglo XVIII y la tendencia del gusto por el exotismo en el siglo XIX, el orientalismo, que se manifestaba por una parte en el mundo árabe, encontró su máxima expresión en el ámbito de Asia Oriental, convirtiéndose en una rica y sorprendente fuente de inspiración para artistas de la talla de Édouard Manet, Claude Monet, Edgar Degas, Vincent van Gogh, Paul Gauguin, Henri Toulouse-Lautrec, James Abbott McNeill Whistler, Mariano Fortuny y Hermenegildo Anglada Camarasa, entre otros. También lo fue para los artistas vascos, y para estudiarlo, los hemos distribuido en cuatro grupos, basándonos en la fecha de nacimiento y su necesidad de viajar a París para formarse. Así, en el primer grupo, denominado 'precursores' incluimos a: Fco. de Paula Bringas y Bringas (1827-1855), Antonio Mª Lecuona Echaniz (1831-1907), Juan de Barroeta y Anguisolea (1835-1906) y Eduardo Zamacois (1841-1871). Si bien de entre ellos, en relación a la influencia de las estampas japonesas en sus obras, y a su gusto por los objetos orientales, sólo son destacables las aportaciones de Zamacois. Los otros tres grupos lo conforman la primera generación de creadores vascos que se instaló en París: Anselmo Guinea y Ugalde (1855-1906), Darío de Regoyos Valdés (1857-1913), Adolfo Guiard Larrauri (1860-1916), Pablo Uranga (1861-1934), Francisco Iturrino (1864-1924), Manuel Losada Pérez de Nenín ( 1865-1949), Ignacio Zuloaga (1870-1945); la segunda generación de pintores que acudió al reclamo parisino, de entre los que destacamos a: Ángel Larroque Echevarría (1874-1961), Juan de Echevarría Zuricalday (1875-1931), Alberto Arrue Valle (1878-1944), Aurelio Arteta Errasti (1879-1940), Valentín de Zubiaurre (1879-1963), Ramón de Zubiaurre (1882-1969), Gustavo de Maeztu y Withney (1887-1947) y Antonio de Guezala y Ayrivié (1889-1956); para finalizar con la tercera generación de artistas, representada por: Ricardo Baroja Nessi (1871-1953), Julián de Tellaeche y Aldasoro (1884-1957), José María de Ucelay y Uriarte (1903-1979), y Nikolás de Lekuona (1913-1937). En sus pinturas, de una u otra manera, se hacen evidentes las aportaciones estilísticas de las estampas realizadas por maestros como Hokusai, Hiroshige, Kunisada y Kunichika entre otros. Obras pertenecientes a géneros diversos, desde los retratos de actores y cortesanas, a los paisajes o las leyendas.

      Para intentar demostrarlo, hemos realizado una comparativa de obras japonesas, europeas y vascas, señalando su cronología, y apuntando aquellos caracteres que les asemejan, lo que nos permite advertir la influencia de unas sobre otras. En varias obras advertimos elementos compositivos procedentes de la copia de artistas impresionistas, simbolistas y nabis, pero curiosamente en muchos casos los elementos importados parten de la copia directa de modelos de xilografías y objetos decorativos nipones. Las nucas al descubierto, los moños, las diagonales, los árboles en flor, la perspectiva en picado -vista desde arriba-, los primeros planos fragmentados etc., se suceden. Este estudio pretende hacer evidentes esos elementos estilísticos con el fin de poder proclamar la influencia japonesa en los artistas vascos, más allá de algún ejemplo aislado que se va repitiendo en las publicaciones y catálogos de exposiciones.

      Así, a mediados del siglo XIX ya había un arte vasco consolidado, a través de cuyas obras se advierte el conocimiento del arte japonés, y que a mediados del siglo XX, evolucionó en los artistas de las sucesivas generaciones hacia la abstracción, el informalismo, el minimalismo... donde también es evidente la mirada a la cultura japonesa.


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