Resumen de Urbanismo, memória e comunicação: a cidade do porto no cinema
Joana Inês Veiga Guerra da Costa Tavares
Las cuestiones relacionadas con la consolidación de las ciudades y la producción social del espacio urbano no son del todo recientes, si bien tienden a centrarse en la ciudad como espacio marcado por las intervenciones y el establecimiento de normas por parte de los poderes públicos. No obstante, este aspecto explica también, hasta cierto punto, el hecho de que muchos estudios se centren en la actuación de los agentes estatales, con vistas a comprender de qué manera dichos agentes han gestionado lo que se ha venido considerando como “urbano”.
Al mismo tiempo, el surgimiento de las ciudades como foco de atracción cultural, patrimonial e, incluso, turística ha desembocado en una nueva manera de comprender estos núcleos, que se encuadra dentro de un proceso más global de nacionalización del pasado y se convierte, así, en un importante instrumento de expresión de la identidad nacional.
Es sobre esta idea que se proyecta el concepto de ciudad y la que lleva, también, a que estos núcleos urbanos participen en dinámicas competitivas con el fin de captar diferentes recursos, lo que supone, a su vez, la creación de una imagen de marca y, en consecuencia, la consolidación de una identidad propia y diferenciadora.
De hecho, esta especificidad identitaria (que se construye tanto a partir de ambientes y recuerdos capaces de despertar un sentimiento de pertenencia y el deseo de recuperación de una rutina de un tiempo pasado como de lo que Maciel (s.f.) denomina geosímbolos) constituye, precisamente, el aspecto en el que pretendemos centrarnos para, usando el cine como soporte, desarrollar el presente estudio. Por un lado, se parte de la idea de que los paisajes urbanos se encuentran impregnados de símbolos que, en última instancia, son un reflejo de la forma de apropiación del espacio, de la manera de pensar, sentir, vivir y construir una realidad.
Por el otro, se concibe el cine como un soporte comunicacional creativo que resulta ser especialmente sensible a estos símbolos, los cuales, a su vez, también asimila y reproduce. Así, son estas premisas las que sirven como punto de partida para la presente investigación. A través del cine podemos acceder a elementos, agentes y lugares recónditos característicos y representativos de los núcleos urbanos. Tal vez por este motivo, en las películas analizadas, destaca la observación de las vivencias, de los colores, de las rutinas que atraviesan los puntos cruciales de la ciudad, los cuales, a su vez, transmiten la fuerza de los lugares y de las dinámicas que allí se entrecruzan.
El cine surge, entonces, como un instrumento potenciador de la interpretación del paisaje que ofrece al público la oportunidad de identificar tanto los elementos centrales como todo un conjunto de características distintivas de un lugar, a los que se les atribuye, de este modo, un significado.
La ciudad de Oporto, marcada a lo largo de la historia por sus raíces burguesas, se configura, así, como materia prima cinematográfica, pero con un sentido reforzado, en la medida en que la historia del cine portugués pasa obligatoriamente por esta ciudad.
