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Las comunidades oasianas del Sudeste marroquí: un sistema socio-ambiental entre la adaptación y la desaparición

  • Autores: Pedro José Escriche Bueno
  • Directores de la Tesis: Chaime Marcuello Servós (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universidad de Zaragoza ( España ) en 2016
  • Idioma: español
  • Tribunal Calificador de la Tesis: José Antonio Sanahuja Perales (presid.), Juan David Gómez Quintero (secret.), Javier Arellano Yanguas (voc.)
  • Materias:
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • En diciembre de 2002, la Organización No Gubernamental (ONG) española Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional (CERAI) me encargó la identificación, junto a la ingeniera agrónoma Pepa Ortiz, de un proyecto de cooperación para el desarrollo en torno a la khettara de Hassi Labiad (Marruecos), propuesto por una organización local llamada Association Hassilabiad pour l’environnement, le développement et la coopération (AHL).

      No imaginaba en ese momento que ese viaje iba a cambiar mi vida. Ese primer viaje a Marruecos y a las comunidades oasianas me abrió los ojos a una realidad cultural y social muy distinta, que se desarrollaba en un entorno natural de extraordinaria dureza y belleza. Me mostró la enorme diferencia de oportunidades entre las zonas rurales y urbanas, entre hombres y mujeres, entre los países ricos y pobres. En este viaje conocí, de primera mano y por primera vez, la cultura del Maghreb y, más específicamente, la cultura bereber o amazigh, una cultura que me acogió desde el primer momento y en la que fui encontrando numerosas coincidencias y similitudes con mi propia cultura, esencialmente mediterránea.

      Esta tesis es el resultado del trabajo de observación iniciado en ese momento y que he llevado a cabo a lo largo de ya más de 10 años como director de proyectos de cooperación.

      Hassi Labiad se encuentra ubicado en el Sudeste de Marruecos, dentro de la región histórica de Tafilalet, en la zona presahariana del Sur del Atlas (ver mapa 1). Se trata de un conjunto de oasis que tradicionalmente fueron el punto de llegada a Marruecos de las caravanas transaharianas. Hoy en día, el Tafilalet corresponde a las provincias de Errachidia y Tineghir, con una superficie de 77.250 km2. Forma parte, desde 1997, de la región Meknès-Tafilalet. Su mitad Sur está integrada en la Reserva de la Biosfera de los Oasis del Sur Marroquí (RBOSM), acordada por la UNESCO el 10 de noviembre de 2000.

      El proyecto fue formulado bajo el título "Diversificación de las fuentes de ingresos y estabilidad de las comunidades oasianas de la región de Hassi Labiad" y fue financiado por el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza en 2004. Este proyecto inició una larga relación que ya dura más de una década, con la región y sus habitantes. Desde entonces, en nombre de CERAI, y como director de un equipo multidisciplinar de cooperantes y voluntarios, hemos puesto en marcha cinco proyectos de cooperación para recuperar las infraestructuras tradicionales de captación de agua en otros cinco oasis de la región.

      El proceso de identificación de proyectos de cooperación, que se realiza sobre la base de diagnósticos participativos, nos ha llevado a conocer bien los problemas de esta región, pero además ha contado también con la observación y el estudio en profundidad de las circunstancias socio-políticas de un área tradiciones ancestrales y frágiles equilibrios. La razón es que una actuación de desarrollo eficaz requiere de una observación minuciosa y metódica. En nuestro caso, esto ha estado sucediendo a lo largo de todos estos años de trabajo continuo en la región a través de procesos de observación participante y el contacto constante con los diferentes actores (asociaciones, gobiernos locales y regionales, la población en general...).

      Durante este proceso de aproximación a esa realidad compleja y al conocimiento de sus problemas, ha habido una pregunta constante a la que se le han dado muy diferentes respuestas conforme íbamos profundizando en su estudio: ¿cómo podemos resolver el problema de la escasez de agua? Inicialmente, la respuesta que nos dio la comunidad y que rápidamente abrazamos por obvia, fue la necesidad de mejorar y ampliar las infraestructuras tradicionales de captación de agua para el oasis: las khettaras. A ello dedicamos nuestros esfuerzos durante tres años con muy buenos resultados iniciales. Mediante el proyecto de cooperación internacional ya mencionado, la cantidad de agua disponible en el oasis prácticamente se triplicó.

      Y sin embargo, pronto fue evidente que el problema de fondo no residía en la escasez de agua en la región, o incluso en la sequía que venía azotando toda la zona del Sáhara desde 1996. La realidad se mostró a nosotros tan pronto como aumentó la disponibilidad de agua: el consumo de agua aumentó también y en mayor medida que el caudal de la khettara.

      Y no fue solamente el rápido aumento de la población del oasis el causante. De pronto, los albergues turísticos de la zona se habían lanzado a una carrera frenética para construir piscinas. Alguien había pensado que un baño podía atraer más turistas a su local y había construido una primera piscina. Inmediatamente, el resto de los albergues siguieron la misma senda para no perder competitividad.

      Alarmados por este aumento del consumo, hicimos un primer estudio de uso del agua para el turismo y descubrimos que la mayor parte de los albergues contaban con pozos particulares de los cuales extraían el agua que los turistas reclamaban en enormes cantidades. Y esos pozos extraían el agua del mismo freático que nutría a la khettara que alimentaba los huertos y palmerales del oasis.

      No se quedaba todo ahí: nos encontramos con que los mismos albergues que estaban sobreexplotando el freático, también lo estaban contaminando. Al no existir un sistema de tratamiento de residuos, los albergues utilizaban pozos negros, subterráneos, que en muchos casos estaban agrietados o directamente rebosaban su contenido, contaminando con lixiviados el mismo freático del que todos se estaban nutriendo.

      En aquel momento fuimos conscientes de que un proceso de transformación más profundo y de mayor calado estaba teniendo lugar en el seno de la comunidad oasiana, un proceso que la estaba llevando al borde de una catástrofe ecológica. Históricamente, estas zonas estaban habitadas por nómadas, que se desplazaban entre los diferentes oasis y pozos. Las únicas ciudades (Rissani, la más antigua) y los pueblos se encontraban en el valle del río Ziz, que cuenta con un suministro constante de agua. Sin embargo, el nomadismo ya lleva varias décadas en declive, con un irreversible proceso hacia la sedentarización.

      Este proceso se intensificó y aceleró, como una respuesta de los pueblos nómadas del sudeste de Marruecos al proceso descolonización y consiguiente surgimiento de nuevos países post-coloniales (Marruecos, Argelia y Mauritania). Para estabilizarse, adoptaron modelos tradicionales basados en el uso y mantenimiento del recurso más escaso y vital: el agua. Constituyeron micro-sociedades alrededor de los oasis, organizadas y estructuradas en torno a la construcción y mantenimiento de las infraestructuras que captan y transportan el agua (las ya mencionadas khettaras) y a la gestión de su reparto.

      Estos oasis han sobrevivido hasta ahora principalmente a través de un delicado y complejo sistema de equilibrios entre la población, las actividades económicas y el agua. Pero también, gracias a la experiencia acumulada por las generaciones anteriores, cristalizada en la tradición oral.

      Este complejo sistema ha sido gestionado tradicionalmente por una institución específica: la Jamaa en Árabe o Taqbilt en Amazigh, integrada por los varones más ancianos de las familias que viven en los oasis. La Jamaa ha sido el guardián de las tradiciones y, también, el mantenedor de los delicados equilibrios ambientales de la gestión del agua de la comunidad. La Jamaa toma las decisiones sobre la gestión de las infraestructuras comunitarias (especialmente, las khettaras). Sin embargo, no interviene cuando las infraestructuras son privadas, como los pozos. O cuando los problemas se están originando en una propiedad privada, como la basura o las aguas residuales, incluso si afectan al agua del freático del que se nutre la comunidad.

      En los últimos años, la supervivencia de estas comunidades oasianas ha sido puesta en peligro por la ruptura de algunos de los tradicionales equilibrios de estos sistemas complejos. En particular, el turismo internacional ha generado una presión cada vez mayor para la sostenibilidad entre la economía oasiana y su entorno natural. Además, ha puesto de manifiesto la incapacidad de las instituciones tradicionales para dar una respuesta a los nuevos retos.

      La necesidad de dotarme de instrumentos teóricos y herramientas prácticas que me permitieran ahondar en esta problemática socio-ambiental, me llevó a inscribirme en 2008 en el programa de Doctorado “Sociología: Ciudad, Cultura y Desarrollo”, del Departamento de Psicología y Sociología de la Universidad de Zaragoza. La realización de los cursos del programa y de un primer trabajo de investigación que dio lugar al trabajo presentado en el DEA, fueron mi introducción en el campo de la investigación social, campo nuevo para mí dado que mi formación de origen es jurídica.

      Es a partir de la formación recibida y de las herramientas adquiridas, y de la observación de los hechos mencionados y su posterior interpretación, cuando planteé la que iba a ser mi pregunta de investigación: ¿Cuáles son los retos que afrontan las comunidades oasianas para sobrevivir al impacto del desarrollo en su entorno natural? Esta pregunta la he subdividido en tres preguntas más concretas: ¿Por qué la comunidad no pone freno a la sobre explotación del freático? ¿Por qué los órganos de gobierno comunitarios, que controlan y gobiernan desde hace siglos las aguas comunales de la khettara, no intervienen para atajar los usos y abusos de los albergues? Y, finalmente, ¿tendrán estas sociedades capacidad para encontrar una vía de desarrollo sostenible? La respuesta a estas preguntas motiva el reto de la elaboración de este trabajo de investigación.

      En ellas surgen conceptos teóricos (comunidad, tradición, desarrollo sostenible,…) que requerirán una aproximación a su contenido pero que no serán objeto de discusión en profundidad, dado que no son el objeto de esta tesis.

      En esta tesis, lo que se pretende es analizar cómo estas poblaciones se enfrentan ahora a un cambio social de consecuencias difícilmente previsibles derivado, por una parte, del cambio climático y la construcción de infraestructuras hidráulicas que han provocado la disminución del freático y, por otra, de la ruptura del aislamiento en que vivían, como resultado de la mejora de las comunicaciones y la consiguiente llegada del turismo de masas e Internet. Y todo ello a través de los estudios y actividades desarrollados en el contexto de la cooperación al desarrollo pero también con la intención de promover, a través de sus instrumentos, las soluciones necesarias.

      Para ello se realizará un análisis de cómo las comunidades oasianas deciden sobre sus problemas socio-ambientales y, en concreto, sobre la gestión del agua, en un contexto de creciente escasez de los recursos naturales a causa del cambio climático y la presión humana. Más concretamente, se profundizará en el estudio de la comunidad como un modelo de sistema complejo en constante conexión con su medio ambiente, siempre dependiendo del agua para su supervivencia.

      Para entender este proceso se analiza la sociedad oasiana como un sistema complejo, teniendo en cuenta los diferentes elementos que la conforman: elementos internos como la Jamaa, hoteles, asociaciones, etc. y elementos externos, como los gobiernos locales y regionales, ONG, instituciones internacionales y, en especial, los turistas extranjeros. Se analiza asimismo cómo el proceso de toma de decisiones sobre las relaciones con el medio ambiente y, especialmente, la gestión del agua, ha funcionado hasta ahora, y cómo se ha mantenido estático a pesar de los recientes conflictos y problemas de los últimos años.

      También se pretende ofrecer un análisis de sus consecuencias. Por un lado, los jóvenes emigran en masa hacia los países de origen de los ricos turistas que les visitan, lo cual es facilitado por los contactos establecidos y mantenidos a través de Internet. Por otro, la economía local se está desarrollando en torno al turismo, independientemente de los problemas de sostenibilidad ambiental que está generando. Las estructuras tradicionales se tensionan y la cohesión social desaparece.

      Por último, analizaremos si estas sociedades oasianas podrán adaptarse y sobrevivir por sí mismas, manteniendo sus raíces y su entorno, o están destinadas a la desaparición y cómo es necesaria para su supervivencia una reestructuración del proceso de toma de decisiones, permitiendo que las instituciones, ya sean tradicionales o modernas, intervengan en las no tan privadas esferas que actualmente están prohibidas para las instituciones comunitarias tradicionales.

      Todos estos análisis y reflexiones son el resultado de un proceso de investigación que se ha desarrollado, a lo largo de todos estos años, partiendo desde la praxis. Al contrario que en las investigaciones más convencionales, ha sido el trabajo de cooperación al desarrollo sobre el terreno el que ha forzado el planteamiento de las preguntas y la consiguiente necesidad de un marco teórico y unas herramientas metodológicas que permitieran darles respuesta.

      Así, la metodología elegida desde el momento en que configuramos un proceso de investigación más formalizado, fue la Investigación-Acción Participativa (IAP), que resultaba la más idónea por tener como objetivo no solamente la generación de conocimiento, sino fundamentalmente, la transformación de la realidad, y siempre a través del diálogo y participación constante de los actores locales. Esta metodología fue aplicándose de forma progresiva a partir de 2009.

      En su aplicación, y a través de los distintos proyectos de cooperación que he dirigido estos años en la región con CERAI, se han realizado numerosas actuaciones tendentes a generar conocimiento y participación y que son la base de la información que se ofrece y analiza en este trabajo.

      Así se han llevado a cabo talleres sobre diferentes temáticas (género, turismo, sostenibilidad, agricultura ecológica, gestión del agua,…) en los que han participado agricultores, actores sociales, hosteleros o mujeres. Se han desarrollado incontables reuniones con asociaciones, autoridades locales, órganos de gobierno tradicionales y modernos y miembros de la comunidad, entre otros.

      Aprovechando las numerosas visitas y estancias realizadas estos años en la zona (entre 2004 y 2011 he pasado de media más de 60 días al año en la región, en estancias de entre una semana y quince días) he tenido conversaciones informales con miembros de asociaciones, alcaldes, técnicos gubernamentales, empresarios, cooperantes,… Además, dentro del desarrollo de los proyectos que he dirigido, se han realizado numerosos estudios e informes por expertos que han aportado luz sobre aspectos como la agricultura de los oasis, la hidrogeología de la región, la situación de la mujer bereber, el turismo internacional, la comercialización de los productos locales, la gestión de los residuos sólidos o las posibilidades de desarrollo sostenible. En todas estas actividades, mi papel ha sido la de director de los proyectos, concretada en algunos casos, en ejecutor de los mismos, y en muchos otros, en coordinador y supervisor de los diferentes miembros del equipo de CERAI y expertos externos. Sería imposible este trabajo sin haber contado con el esfuerzo y dedicación de los técnicos de CERAI Hasna Oujamaa (economista), Mattias Bazzano (politólogo), Gaia Cersosimo (antropóloga) y Edurne Caballero (bióloga). Inestimable ha sido la generosa aportación de expertos voluntarios de CERAI como Pepa Ortiz (doctora ingeniera agrónoma), Agustín Muñoz (geólogo), Roberto Higuero (arquitecto), Patricia Almaguer (doctora en estudios de desarrollo) y Mario Murua (ingeniero técnico agrícola). Y, sin duda, nada de esto podría haberse realizado con coherencia y participación de la población sin la intervención esforzada y constante de Amou Marouche y Ahmed Bourchouk, entre otros.

      En el capítulo 2, en el apartado referido a la Metodología, se dará cumplida relación de las actividades realizadas a lo largo de estos años de intensa actividad investigadora y, esperamos que positivamente, transformadora.

      Para presentar la información y las respuestas a las preguntas de una manera congruente, se propone una estructura de la Tesis que parte del contexto histórico-geográfico-antropológico de la región, prosigue con el análisis de las perspectivas teóricas y metodológicas posibles, con la justificación de la elegida, la perspectiva sistémica; continúa con el análisis sistémico y prospectivo, y finaliza con las conclusiones y la referencia bibliográfica.

      Así, partimos de la Introducción, en la que se plantea la pregunta de investigación, para continuar con el capítulo 1, El Tafilalet: el territorio y su historia, donde realizo una presentación del contexto en que se desarrolla la vida de las comunidades y de los hechos históricos que han marcado su devenir en los últimos decenios.

      Se describe en este capítulo el contexto natural, en sus aspectos hidrogeológico y climático, y el contexto socio-demográfico, donde revisaremos brevemente las etnias marroquíes, centrándonos en las características culturales y socio-lingüísticas de la etnia mayoritaria en esta región, la bereber o amazigh. Detallaremos cómo esta etnia, organizada en tribus, se ha visto afectada por diferentes eventos históricos que han tenido lugar en la región, llevando a estas poblaciones, nómadas en gran medida, a una sedentarización forzada. Y seguidamente se comentarán las consecuencias que el desarrollo hidráulico de la región y, más concretamente, la construcción del embalse Hassan Adakhil, han tenido en el medio ambiente y en los recursos naturales de la región, y la forma que ello ha afectado a sus habitantes.

      A continuación presentaremos la situación actual del Tafilalet, incidiendo en la política, la religión musulmana, la importancia de la lengua bereber y terminaremos con la importancia y el papel del agua.

      Continuaremos este primer capítulo revisando la situación de la mujer oasiana y las dificultades que afronta para desarrollar su vida de forma autónoma a causa de la tradición y la religión, para seguir con la juventud, el futuro de las comunidades, con sus problemas, con los desafíos que suponen para las pequeñas y tradicionales comunidades oasianas y el fenómeno migratorio.

      Para finalizar haremos ya una descripción en profundidad de las khettaras, las infraestructuras de captación de agua alrededor de las que se ha organizado totalmente la vida de las comunidades oasianas, y de su sistema de gobernanza, que, al final, como veremos, es el sistema de gobernanza tradicional de todo el oasis.

      En el capítulo 2, Complejidad y tradición en las comunidades oasianas, abordaremos la perspectiva teórica y metodológica por la que se ha optado en este trabajo de investigación, revisando las diferentes opciones posibles. Comenzaremos con una breve descripción del sistema de la cooperación al desarrollo y su evolución, dentro del cual se enmarcan los proyectos que dieron lugar a este proceso de investigación, y que, con sus características y limitaciones propias, ha determinado el ámbito y alcance de este trabajo de investigación. Hablaremos aquí de la evolución del concepto de desarrollo, de la llamada “crisis de la ayuda al desarrollo”, y de las nuevas metodologías de gestión. Y acabaremos revisando la evolución de la ayuda al desarrollo en estos últimos años realizando un comentario respecto a su posible evolución futura.

      A continuación presentaremos los inicios del trabajo en las comunidades con los proyectos de cooperación al desarrollo y su carácter participativo pero sin método y sin un marco epistémico de referencia, marcando ese camino que parte de la praxis hacia la teoría y vuelve a la praxis, el cual caracteriza este trabajo de investigación. Veremos para acabar en esta primera parte cómo, en tanto que cooperantes, estábamos realizando también investigación, sin saberlo y, además, sin la formación necesaria para ello.

      En ese proceso, destacaremos una serie de barreras a la investigación y señalaremos, finalmente, una serie de requisitos imprescindibles para poder realizarla de forma que quede garantizada la veracidad de los resultados.

      A continuación abordaremos la perspectiva teórica elegida, que es la perspectiva sistémica, partiendo de la obra del profesor Rolando García, y que se caracteriza por una aproximación interdisciplinaria y de complejidad.

      Proseguiremos este capítulo 2 con la descripción de las posibles metodologías existentes que podríamos haber utilizado para el proceso de investigación, distinguiendo entre metodologías cerradas (el Enfoque de Marco Lógico, principalmente) y abiertas (como el Diagnóstico Rural Participativo y la Investigación-Acción Participativa).

      Para acabar este capítulo, describiremos la metodología elegida, que parte de la propuesta de Rolando García de una fase de diagnóstico y otra de transformación, pero matizadas con elementos de la Investigación-Acción Participativa a través de la interpretación realizada por Almaguer y Escriche (2015).

      Ya en el capítulo 3, Las sociedades oasianas del Tafilalet como sistemas socioambientales, procedemos a introducirnos en el primero de los dos capítulos analíticos de esta tesis. En este capítulo, plantearemos el análisis de las comunidades oasianas desde una perspectiva sistémica y siguiendo la metodología descrita en el capítulo 3.

      Analizaremos aquí el proceso de toma de decisiones en materia de agua y, más concretamente, el papel de la autoridad tradicional, encarnada en la Taqbilt. El estudio de sus competencias y límites a su mandato es clave, como veremos, para entender el origen de los graves problemas de sostenibilidad ambiental que afrontan en la actualidad estas comunidades.

      Estudiaremos a continuación la evolución de las comunidades oasianas como sistemas complejos, de acuerdo con la metodología de Rolando García, y analizaremos cómo ha aparecido un subsistema moderno desde 1980, que es el subsistema turístico, sobre el cual no tiene capacidad de gestión la autoridad tradicional o Taqbilt.

      Finalmente, revisaremos las posibles causas de esta parálisis de gobierno, que amenaza con llevar al oasis al borde de la catástrofe ambiental. También enumeraremos los posibles orígenes de la misma.

      Ya en el capítulo 4, Un análisis prospectivo de las comunidades del Erg Chebbi detallaremos la experiencia en la que se ha obtenido la retroalimentación de la comunidad a las conclusiones del análisis sistémico desarrollado en el capítulo 4, para después realizar un ejercicio de análisis prospectivo, partiendo de la propuesta y fases que habremos visto previamente en el capítulo 3.

      Veremos cómo las aportaciones de la comunidad en el taller que tuvo lugar en Hassilabiad el 11 de junio de 2015, supusieron, de una parte, la modificación de la estructura del sistema socioambiental oasiano que había elaborado y que se analiza en el capítulo 4, introduciendo un nuevo elemento de gobierno, que con el apoyo y legitimidad que le aporta la Taqbilt ejerce las tareas de gestión y control de los recursos naturales en el ámbito privado: la Commune Rurale de Taouz.

      Por último, terminaremos con las Conclusiones, en las que, partiendo del recorrido realizado en este trabajo de investigación, retomaremos las preguntas de investigación para darles respuesta concreta, llevando un poco más allá, el análisis prospectivo planteado por la comunidad oasiana.


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