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Resumen de Efecto de la suplementación con probióticos en la epilepsia farmacorresistente

M. Gómez Eguílaz

  • La epilepsia es una enfermedad cerebral definida por una de las siguientes condiciones: - al menos 2 crisis no provocadas que ocurran con una separación de al menos 24 horas - una crisis no provocada con la probabilidad de tener más crisis en los próximos 10 años similar al riesgo general de recurrencia (al menos 60%) de dos crisis epilépticas no provocadas, - diagnóstico de síndrome epiléptico (grupo de entidades que se identifican con seguridad por un conjunto de características electroclínicas).

    En España según el estudio EPIBERIA se calcula que la epilepsia tiene una prevalencia de un 0,6%, lo que supone que en nuestro país hay cerca de 280.000 pacientes que padecen esta enfermedad. Actualmente se han diseñado fármacos antiepilépticos con los que se consigue un control de crisis en la mayoría de los casos. Pero queda un 25-30% restante en el que el tratamiento no es efectivo y el paciente sigue presentando crisis, lo que se denomina: epilepsia farmacorresistente. Para este tipo de epilepsia también hay tratamientos: el uso combinado de fármacos, la cirugía, la colocación de estimuladores o la utilización de la dieta cetogénica. A pesar de estos últimos tratamientos comentados (los cuales no están indicado para todos los pacientes), seguimos teniendo un grupo de pacientes que sigue presentando crisis, con la pérdida de calidad de vida y aumento de mortalidad que esto conlleva.

    Es en la búsqueda, por mejorar el control de las crisis y la calidad de vida de estos pacientes, donde surge la hipótesis de este trabajo: el uso de probióticos en la epilepsia farmacorresistente.

    Esta idea surgió, en base a estudios actuales, que ponen en relación la interacción entre la microbiota y el sistema nervioso central, lo que se denomina como: eje microbiota-intestino-cerebro o en inglés "gut brain axis". En los últimos años cada vez hay más artículos que relacionan ambos órganos y que se han propuesto como etiopatogenia de diferentes enfermedades neurológicas como pueden ser el Parkinson, el Alzheimer, la migraña, la Esclerosis Múltiple, e incluso ya hay un estudio de hace unos meses que lo relaciona con epilepsia.

    Nuestra hipótesis fue, que modificando la microbiota, gracias a la administración de probióticos, podríamos mejorar el manejo de las crisis en pacientes epilépticos farmacorresistentes. Esta hipótesis la basamos en 4 supuestos: 1.- La generación de neurotransmisores inhibidores por parte de la microbiota intestinal, como puede ser el GABA, que favorecen la inhibición de crisis.

    2.- El poder antiinflamatorio de los probióticos, que estaría actuando sobre uno de los mecanismos etiopatogénicos de la epilepsia, la inflamación.

    3.- La posible modificación de la microbiota y su posible implicación en la epilepsia 4.- La acción de la microbiota sobre el metabolismo de los fármacos.

    El estudio fue aprobado por el comité de ética de nuestro Hospital.

    Se realizó un estudio cuasi-experimental donde cada paciente fue su propio control (para evitar el sesgo de la diferencia del número de crisis; pero con la limitación de que no tiene comparador contra placebo).

    En el estudio participaron 45 pacientes que acudieron un total de 4 veces. La visita inicial fue para proponer el estudio, validar criterios de inclusión y exclusión y firma del consentimiento informado; ese día se inició un registro de recogida basal de crisis de 3 meses. La visita 2 es el momento de inicio de los probióticos que tomaron durante 4 meses. En la visita 3 se comprueba la efectividad de los probióticos (con el control de reducción de crisis gracias al registro de las mismas) y se realiza una visita más, 4 meses después para comprobar si la efectividad persiste a pesar de la suspensión del tratamiento. En cada visita se realizó una toma de constantes, peso y analítica de sangre, orina y heces y un registro de control de crisis, adhesión al tratamiento y calidad de vida.

    Los resultados de nuestro estudio son positivos, de tal manera que hemos encontrado una reducción de crisis de más del 50% (reducción mínima establecida para poder considerarse efectiva en los ensayos clínicos sobre epilepsia) en el 28,9% de los pacientes.

    Se ha obtenido una mejora en la calidad de vida (clínica y estadísticamente significativa) y una comprobación de la seguridad de los probióticos en nuestro estudio.

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