Dadas las tendencias del sistema internacional actual, una visión del regionalismo desde una perspectiva más integral como la que ostenta el Nuevo Regionalismo, proporciona a México una mejor oportunidad de lograr las metas de construir una Comunidad de América del Norte afín a sus intereses y de aprovechar al máximo los vínculos de cooperación y diálogo con la Unión Europea. El regionalismo, el interregionalismo y el transregionalismo tienen potencial para constituirse tanto en vías que faciliten el logro y conservación de bienes públicos internacionales, como en instrumentos que contribuyan a la gobernanza global. Como miembro del TLCAN y de la región de América del Norte, México buscará la profundización de los términos de su integración con Estados Unidos y Canadá como vía privilegiada de un mejor posicionamiento global, así como para cubrir sus necesidades de seguridad regional. México puede lograr un mayor acercamiento con la Unión Europea a través de la elevación de la calidad de su diálogo y de sus actividades de cooperación para que verdaderamente cumplan la función de actuar en interés común de las partes, y ampliar las redes de apoyo a las relaciones. México se enfrenta a una cuestión irresuelta de vital importancia tal como impulsar su crecimiento económico interno, tomando especialmente en cuenta su entorno estratégico y las oportunidades que ofrece otro actor de importancia a nivel internacional como lo es la Unión Europea. Es preciso centrarse en cómo y dónde profundizar la integración en América del Norte, así como en conseguir que se aproveche cabalmente el espacio de diversificación económica y política que representa la Unión Europea. La relevancia de estos dos esquemas regionales para México radica en que puedan contribuir a la resolución de sus problemas internos; se hace indispensable que traduzcan las potencialidades en beneficios concretos
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados