La presente tesis doctoral persigue el estudio de la apicultura en Guadalajara entre los siglos XVIII y XX, estableciendo para ello dos objetivos, principales y secundarios: productividad en el siglo XVIII y seguimiento longitudinal hasta el segundo tercio del siglo XX.
Material y Métodos: "El primer objetivo" pretende sentar que la actividad apícola guadalajareña era una de las pioneras en la Corona de Castilla en los siglos XVII y XVIII.
Para ello, nos remontamos al Siglo XVII y documentamos de modo fehaciente que Guadalajara era una de las Intendencias más melíferas de Castilla. Para ello procedemos a un riguroso estudio de las fuentes solventes del siglo XVII y XVIII y de los investigadores en este campo. La fuente más fidedigna la constituye la actividad apícola de Guadalajara en 1748 (Catastro de Ensenada). Calculamos el número total de colmenas provinciales, su productividad y el valor económico —precios y rendimientos—. Procedemos a un estudio estudio por comarcas. Seguidamente pasamos a averiguar los oficios relacionados directamente con la actividad colmenera (cereros, confiteros, alojeros y aguardenteros), así como y las profesiones sanitarias (médicos, albéitares, cirujanos-barberos, herreros y herradores), por su intrínseca relación con los productos apícolas, miel y cera, estableciendo su número y distribución comarcal y municipal.
"El segundo objetivo" pretende demostrar si la elevada productividad apícola de Guadalajara, que ya se insinuaba en el siglo XVII por signos indirectos (pero de fuentes fiables) - y durante siglo XVIII (ya con datos numéricos), se ha venido manteniendo a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y los dos primeros tercios del siglo XX.
Seguidamente, dentro de este mismo periodo, nos planteamos si Guadalajara se halla en cabeza de la producción apícola española y concretamente si figura entre las once primeras provincias productoras de miel, es decir incluida en el grupo de provincias que producen la mitad aproximadamente de toda la miel española.
Hemos escogido como parámetro fiable, medible y objetivable y susceptible de manejo estadístico el número de colmenas. A más colmenas, mas productividad.
Para determinar el periodo temporal objeto de nuestro estudio hemos seguido el criterio siguiente: a) Por lo que se refiere al siglo XVIII, vaciado de la información suministrada por el Catastro de Ensenada (CME) b) En lo que se refiere al siglo XIX, por la fiabilidad de los datos manejados, hemos recurrido al Instituto Nacional de Estadística, (INE). Además, la convulsa historia de nuestro país (guerras napoleónicas y carlistas) dificulta el acceso a fuentes solventes, más fáciles de obtener en tiempos de paz.
c)Por lo que hace referencia al siglo XX, la confluencia en España de factores como la mecanización del agro, el fenómeno de la industrialización, la aparición de las grandes urbes con los consiguientes fenómenos migratorios y la mejora de la red viaria, muy tangible a partir de 1965, no aconsejaba ir más allá si deseábamos comparaciones más o menos homogéneas.
Con los datos obtenidos del Catastro de Ensenada y del INE hemos procedido a un estudio longitudinal, practicando ocho determinaciones: dos en el siglo XIX (antes y después de la Restauración Borbónica) y seis en el siglo XX: crecimiento económico (1912 y 1934), posguerra civil inmediata y autarquismo (1943 y 1948), período de desarrollo económico e industrialización económica en el tardofranquismo (1955 y 1966).
Nuestra investigación ha establecido las siguientes CONCLUSIONES:
1. La provincia de Guadalajara fue pionera en la producción apícola el siglo XVII. Palmer Simón (Siglo de Oro), Jaime Gil (1621), Fray Francisco de la Cruz (Fernando Padilla), entre otros muchos investigadores, y el Ministerio de Agricultura (ver cita del BOE) certifican la excelencia de la miel de la Alcarria y guadalajareña en este siglo.
2. 2. Los trabajos de Castellote Herrero, De Jaime Lorén, Guy Lemeunier (rutas comerciales peninsulares; Guadalajara, cruce de vías) o de Sanchís Duato (trashumancia entre Valencia y Guadalajara) avalan la exuberante colmenería alcarreña del XVIII y de sus colindantes comarcas provinciales. Surgen temprano las primeras publicaciones (El Semanario de Agricultura y Artes dirigidas a los párrocos (1797-1808).
La cuantificación de la productividad vendrá de la mano del Catastro del Marqués de la Ensenada (1748), así como del número de cereros, confiteros, alojeros y aguardenteros. También de las profesiones sanitarias enumeradas.
Analizamos también la nueva fiscalidad impositiva directa sobre el beneficio que instauraron los Borbones. Ensenada “lo quiere saber todo de todos”: El Catastro, fuente inagotable de datos, de ingente información apícola susceptible de manejo estadístico por primera vez en España.
Señalamos que en el colapso castellano del XVIII en favor del arco periférico y septentrional, Guadalajara emerge como un islote de densidad poblacional (García de Cortázar), atribuible el cruce de vías comerciales (Guy Lemeunier) y la actividad colmenera que acredita el Catastro.
Documentamos también singularidad geográfica de Guadalajara como uno de los factores decisivos en la excelente calidad y producción apícola.
Finalizamos el estudio sentando las siguientes CONCLUSIONES: Los resultados obtenidos en relación a los dos objetivos perseguidos en la investigación son los siguientes En relación al primer objetivo planteado:
La investigación realizada en base a la bibliografia científica, histórica (Lemeunier, cartografía demográfica) y apícola y el análisis estadístico descriptivo de la producción señalada en el Catastro nos han permitido confirmar que la provincia de Guadalajara era ya en el siglo XVIII una región pionera en la producción colmenera. Asimismo, las actividades de elaboración, mercantiles y sanitarias quedan numéricamente y geográficamente reflejadas de manera absolutamente fidedigna, y confirman nuestra hipótesis.
En relación al segundo objetivo:
La evolución del número de colmenas guadalajareñas sigue exactamente el mismo patrón estadístico que el observado por la media del conjunto de las provincias que encabezan las primeras posiciones, entre las que se encuentra, aunque con valores promedio ligeramente inferiores a esa media. Ello sugiere que no existen causas locales específicas de relevancia que determinen su evolución longitudinal en el tiempo.
Se confirma plenamente nuestro segundo objetivo de la investigación. Guadalajara siguió encabezando la producción apícola española en el XIX y durante el segundo tercio del siglo XX, confirmando estadísticamente su condición de provincia con liderazgo en la explotación de colmenas.
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