Más que por un animalismo strictu sensu, la obra de Patrick Modiano se caracteriza por un profundo animalismo latente, en consonancia con una escritura minimalista marcada por la atenuación y por la poética de la ambigüedad.
La investigación desvela cómo los cuentos de Marcel Aymé aportan a su imaginario de lector infantil un mundo en el que los animales viven y dialogan con una pareja de hermanas con las que el pequeño Modiano se identifica junto a Rudy, su hermano pequeño. Los accidentes que sufrieron dos perros con los que Modiano tuvo relación de niño le hicieron percibir una experiencia de la muerte, que precedió al trauma de la temprana desaparición de Rudy. A la influencia de Aymé se une también la de un Raymond Queneau, gran “animalier” poética y vitalmente, que actuó como mentor del escritor en ciernes.
La investigación pone también el foco en dos animales de juguete que actúan como talismanes, u objetos transicionales, con los que el Modiano niño alivia su soledad en los internados en los que ha sido confinado. Asimismo destaca el rol de compensación de las carencias afectivas familiares que desempeñaron dos perros con los que Modiano vagabundeó en su juventud.
El análisis de Lacombe Lucien pone de manifiesto la relevancia de la representación animal a lo largo del film en el que aparece la figura de un gran perro melancólico que se prolongará en Villa Triste, donde se convierte en un espejo del narrador y en un “voyeur d’ombres”. A partir de Livret de famille, los animales se incorporan a la compleja combinación de oposiciones binarias que recorre el conjunto de su obra, especialmente al binomio identidad/alteridad. Y el tema de la caza aparece por primera vez como una metáfora de la persecución de los judíos, en la que además incrusta la figura de un padre representado como víctima, a pesar de haber sido un colaborador.
En su narrativa, la figura del perro es a veces un explorador anímico en el deambular del protagonista de sus novelas por las calles de Paris, a veces un psicopompo en la búsqueda fantasmagórica de personajes desaparecidos, en ocasiones un doble simbólico del narrador cuando no del hermano muerto e, incluso de ambos, en un sujeto desdoblado que los aúna: le chien et moi / mon frère et moi. De forma que la muerte del hermano, y el temor a ser también él víctima mortal del abandono familiar, se expresan en la autoficción mediante el recuerdo encubridor de la muerte del perro de su infancia. La figura del perro se convierte así en una máscara con la que el autor puede “mentir vrai” y ajustar cuentas con sus progenitores, especialmente con la madre. Además, la decodificación que hacemos del criptograma de la lista de los garajes de Rémise de peine vendría a corroborar la hipótesis del profesor Lecarme según la cual los padres dejaron morir a Rudy a causa de una negligencia En Dieu prend-il soin de bœufs?, por un lado se condensan todas las metáforas animales de su obra y por otro, el sujeto desdoblado se unifica en un definitorio sobrenombre: le chien noir du chagrin. El estudio comparado de este cuento con La femme pauvre de Léon Bloy nos ha permitido descubrir la profunda influencia de su animalismo en Modiano. Asimismo, la investigación demuestra que en su obra la idea poética de la figura del perro encarnando almas errantes, tiene su origen en la leyenda sobre Charles Cros –que creía que su perro llevaba el alma de Baudelaire– y en la influencia de algunos poemas del propio Cros y de Tristan Corbière. La tesis demuestra finalmente la influencia en Modiano de la simbología animal de Los apuntes de Malte Laurids Brigge y de la octava de las Elegías de Duino, de Rainer María Rilke.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados