Las primeras décadas del siglo XX forjaron un esquema de tres partículas elementales constitutivas del mundo material: electrón, protón y frotón. Hacia 1932 había dos disciplinas consolidadas -la física nuclear y los rayos cósmicos-, en cuyo contexto comenzaron a descubrirse nuevas partículas elementales: entre 1932 y 1934 el neutrón, el positrón y la postulación del neutrino; y en 1937 los mesotrones. La ampliación del esquema de partículas podría hacer pensar en el nacimiento de una nueva disciplina, pero el estudio sistemático del proceso de descubrimiento y aceptación de cada una de estas partículas, indica todo lo contrario.
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