Se estudia la pintura trecentista toledana foco que adquiere una importancia considerable en el panorama de la pintura gótica de la segunda mitad del s. XIV y principios del XV. Surge una gran escuela dependiente de un taller toledano cuyo centro fundamental se sitúa en la catedral desde donde se irradian influencias hacia Toledo y su provincia. Se analiza la repercusión de esta escuela toledana en otras regiones y los puntos de contacto con otras manifestaciones artísticas: la miniatura o la literatura del momento. Dentro de este taller toledano se estudian otras obras castellanas pertenecientes a la diócesis de la época, así como a territorios limítrofes que mantuvieron relaciones con Toledo (Valladolid, Cuenca). Por último se incluyen como posible proyección de este taller obras andaluzas de carácter religioso y profano. En todas las obras estudiadas se ponen de manifiesto las fuertes influencias italianas recibidas tanto del interior como del exterior de la península estudiándose de cerca la obra de artistas italianos fruto de las relaciones con Italia en estos años.
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