Partiendo de que los contenidos de la televisión son asunto de interés público, se plantea como objetivo, darle seguimiento a los discursos y a las acciones de los diferentes agentes televisivos (gestores público-privados, gobierno, anunciantes y telespectadores), analizando las relaciones de poder existentes entre ellos, para así determinar su impacto en la sociedad mediática, ya que la producción televisiva social entre la innovación, la creatividad, el desarrollo tecnológico y la "telebasura".
Esta tendencia está cambiando con la participación de la ciudadanía organizada en "asociaciones de telespectadores", que tiene el objetivo de desarrollar mecanismos y prácticos de control sobre el ejercicio de las empresas audiovisuales y los contenidos televisivos, presionando hacia la autorregulación. Estos necesariamente desembocará en una televisión alternativa, pero también propicia la revisión de la teoría de los medios y abre nuevas discusiones sobre los paradigmas con los que se vienen explicando los fenómenos sociales de la comunicación.
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