Los orígenes del arte cibernético en España. El seminario de generación automática de formas plásticas del centro de cálculo de la universidad de Madrid
- Autores: Enrique Castaños Alés
- Directores de la Tesis: Rosario Camacho Martínez (dir. tes.)
- Lectura: En la Universidad de Málaga ( España ) en 2000
- Idioma: español
- Tribunal Calificador de la Tesis: Juan Antonio Ramírez Domínguez (presid.), Maria Teresa Mendez Baiges (secret.), Ignacio Gómez de Liaño (voc.), Juan Antonio Sánchez López (voc.), Tomás García Asensio (voc.)
- Materias:
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- Resumen
El propósito de la investigación es el estudio de la inicial contribución española al computer art, una de las más conspicuas corrientes tecnológicas aparecidas en la escena artística intrnacional durante la segunda mitad de los sesenta. Los orígenes del arte cibernético en España se sitúan con inusual precisión en la actividad desarrollada por el seminario de Generación Automática de Formas Plásticas del Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid, creado a instancias de Ernesto García Camarero en diciembre de 1968 y activo hasta la primavera de 1973, periodo que constituye el núcleo del presenta trabajo. La experiencia artística madrileña no sólo ofrece una importante deuda científica con los descubrimientos y teorías del matemático estadounidense Norbert Wiener en torno a la cibernética, sino que se inscribe plenamente en un contexto internacional, en la doble vertiente de la tendencia de conceder atención a la máquina como herramienta y al programa estético como producto artístico en sí mismo. Solo desde esta perspectiva puede también comprenderse la influencia ejercida en el grupo interdisciplinar madrileño de los principales representantes de la estética cibernética, Max Bense y Abraham Moles. A pesar de ese carácter interdisciplinar, patente en la presencia de artistas, matemáticos, arquitectos y expertos en informática en el grupo, hubo en éste una preponderancia de las investigaciones en pintura, justificada tanto por la mayor participación numérica de pintores como por el interés que desde el principio despertó la obra de Barbadillo. El periodo más fructífero correspondió a los dos primeros cursos, 1968-1970, en que el seminario estuvo dirigido por Camarero, empezando a partir de entonces una muerte lenta por inanición y agotamiento, aunque no sin haber alcanzado sus principales objetivos. El núcleo esencial de artistas lo integraron Alexanco(el único que aprendió a programar y qu
