El monacato cisterciense se implanta en Castilla y León durante la segunda mitad del siglo XII. La formación y consolidación de sus dominios tiene lugar en un proceso que dura hasta 1300 con la integración y articulación de unos elementos que conservara básicamente a lo largo de la edad media y comienzos de la moderna. La crisis bajo medieval afecto en todas sus dimensiones a los 23 monasterios castellanos y leoneses y a sus dominios. Disminución de las comunidades y familias monásticas; estancamiento y luego amputación de los patrimonios; hipoteca de la renta monástica; atentados contra la intangibilidad de bienes e incluso de personas por parte de la aristocracia laica e incluso del campesinado. Una reforma cismática de la orden universal pero apoyada por la monarquía y el papado devolverá en alguna medida la observancia al ideal primitivo y permitirá así al monasticismo cisterciense pasar a la edad moderna.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados