Esta investigación, a pesar de lo que el título parezca sugerir a primera vista, no es un análisis de prácticas culturales. Al contrario, el trabajo con algunas de ellas (aquéllas que hemos denominado a-normales) nos ha servido para presentar este proyecto como una propuesta epistemológica donde la noción de conocimiento o, mejor, las posibilidades de conocer, están estrechamente unidas a los cuerpos que viven en un escenario común.
Este tipo de conocimiento (plural y en plural) es una actividad que hemos denominado sensible, recurriendo al pensamiento de autores como Terry Eagleton o Jacques Rancière. Está relacionado con lo más puramente material: con el sentido y con la producción de sentidos, con las cuestiones que afectan directamente a las vidas de las personas. Además, este conocimiento ligado a las prácticas culturales a-normales, se desarrolla en un escenario común, un contexto compartido y para compartir que hemos terminado por denominar simplemente mundo, siguiendo en este caso la filosofía de Jean-Luc Nancy.
El objetivo principal de esta investigación puede ser resumido en dos puntos fundamentales. En primer lugar, hemos tratado de generar una serie de herramientas metodológicas que nos van a permitir seguir trabajando, de momento, en el ámbito denominado estética: una estética habi(li)tada -revolucionaria- donde las nociones de cultura y política caminan necesariamente de la mano.
Al preguntarnos si es posible habitar y habilitar la estética de una forma diferente, llegamos al segundo de los puntos: esta investigación plantea la posibilidad y la necesidad de pensar y hacer la estética, y también la historia y la teoría del arte, desde perspectivas diferentes a las disciplinas académicas tradicionales, sin que esto suponga tener que abandonar el ámbito universitario. En este proceso, las teorías feministas y los estudios poscoloniales han sido las herramientas teóricas capitales.
Frente al tipo de conocimiento impulsado desde la estética más disciplinada -encabezado por las ideas de belleza, universalidad y desinterés- las prácticas culturales a-normales proponen nuevas epistemologías comprometidas con el presente y con sus urgencias políticas.
La a-normalidad sólo puede ser entendida -y practicada- en relación a la normalidad, a esa norma cultural que hemos analizado a partir del trabajo con la idea humeana del standard of taste, el straight mind de Monique Wittig y la noción de Ideología (tomada, a partir del texto de Althusser, como ideología hegemónica). Aunque este tipo de prácticas escapan -por su carácter performativo- de cualquier intento de definición exacta, a lo largo de la investigación hemos tratado de describir su funcionamiento (sus tácticas de secuestro, sus apropiaciones inapropiadas, sus métodos de descolonización epistémica), pero también hemos buscado ponerlas en práctica: ensayarlas. De este modo, este trabajo doctoral presenta y ensaya la posibilidad de generar un nuevo espacio de conocimientos estéticos, una alternativa que tiene como meta (abierta) la creación de ese proyecto que hemos denominado (alter)mundializador.
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