En la introducción de la ciencia moderna europea en China los jesuitas tuvieron un papel fundamental. Sin embargo, no fueron los únicos, como se demuestra en esta tesis doctoral. Hubo misioneros de otras órdenes religiosas que también realizaron contribuciones científicas y culturales interesantes en Asia, y ésos son los que se han estudiado principalmente en el presente trabajo, especialmente las figuras de algunos agustinos y dominicos españoles.
Durante la Antig%uedad y la Edad Media, en China se desarrolló mucho la ciencia. Destacaron la astronomía, de gran prestigio en el imperio chino, y las matemáticas. El primer capítulo de esta tesis doctoral se dedica a un repaso rápido del desarrollo de ambas ciencias en la antigua China. El segundo capítulo describe la historia de los frailes españoles (agustinos, franciscanos y dominicos) en el Extremo Oriente, especialmente en China y Filipinas. Destacan algunos agustinos de finales del siglo XVI, como por ejemplo Andrés de Urdaneta (1508-1568), descubridor del tornaviaje o ruta marítima entre las Filipinas y América, y Martín de Rada (1533-1578), cosmógrafo, matemático y astrónomo que, además de demostrar que las Filipinas se encontraban dentro de la demarcación española, realizó un viaje a China en 1575 sobre el que escribió una relación y que es el primer texto escrito por un europeo en el que se dice que Catay y China son el mismo país. Fueron los domínicos, sin embargo, los primeros que se dedicaron a aprender el idioma para predicar a los chinos de Manila; el más importante de ellos es Juan Cobo.
El tercer capítulo se dedica a la historia de los jesuitas en China. Destaca Matteo Ricci (1552-1610), que fue el primero que, utilizando la política de adaptación, llegó a establecerse en la corte de Pekín. Ricci escribió varias obras científicas en chino, y tras él llegaron otros jesuitas (Adam Schall von Bell, Ferdinand Verbiest, etc) que,
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