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Resumen de Biomarcadores relacionados con el estrés oxidativo en la enfermedad arterial periférica

Isabel Fort Gallifa

  • Las enfermedades cardiovasculares suponen una carga social y asistencial muy importante todavía en la actualidad. La industrialización supuso e instauró cambios en los hábitos alimentarios y estilos de vida, estos hechos conllevaron un cambio en las patologías principales que afectaban a la sociedad y las enfermedades cardiovasculares tomaron la delantera a las patologías predominantes hasta el momento y siguen ocupando el primer lugar actualmente.

    La más conocida de ellas y la que está asociada a mayor mortandad sigue siendo la cardiopatía coronaria isquémica, cuya manifestación principal es el infarto agudo de miocardio. A pesar de estos datos, la enfermedad cardiovascular que implica una mayor morbilidad y una carga clínico-asistencial más elevada es la enfermedad arterial periférica.

    La mayor limitación de esta patología es su detección puesto que las manifestaciones clínicas asociadas a veces pueden ser confundidas con dolores musculoesqueléticos ya que comparten características, o, incluso, en los estadios iniciales de la enfermedad, estas manifestaciones pueden estar ausentes.

    Debido a que la enfermedad arterial periférica conlleva asociada la afectación de un gran número de territorios arteriales, la carga aterosclerótica es significativamente superior a la enfermedad coronaria, y esta peculiaridad ofrece una herramienta muy valiosa para poder evaluar esta enfermedad cuando los síntomas clínicos no son clarificadores o, incluso, cuando son ausentes, en especial desde el punto de vista del análisis de nuevos biomarcadores.

    La enfermedad aterosclerótica es una enfermedad inflamatoria, esta inflamación es el producto de la desregulación de los procesos pro-oxidantes y antioxidantes de nuestro organismo, cuyo resultado es el estrés oxidativo.

    El estrés oxidativo es uno de los principales causantes de la manifestación aterosclerótica, que incrementa la expresión genética de moléculas inflamatorias, este dato es conocido y actualmente se aplica en el seguimiento de las enfermedades cardiovasculares a través de las guías consensuadas europeas y españolas.

    Estos datos nos han llevado a evaluar la posibilidad de evaluar marcadores de estrés oxidativo en la enfermedad arterial periférica, ya que la inflamación es el producto del efecto del estrés oxidativo sobre la expresión de las moléculas inflamatorias.

    En nuestro primer estudio, publicado en Free Radical Biology and Medicine se evaluaron diferentes biomarcadores de estrés oxidativo bajo el supuesto de encontrar aquel que presentase una mejoría en la sensibilidad y especificidad respecto a los biomarcadores inflamatorios utilizados hasta el momento. Los resultados obtenidos han mostrado que los biomarcadores implicados en la peroxidación de lípidos, como son los F2-isoprostanos, y moléculas inflamatorias que presentan un incremento de su expresión por causa del estrés oxidativo, como es el ligando de quimiocinas 2, son los que presentan una sensibilidad y especificidad mayor. Estos resultados son muy alentadores y presentan unos datos de gran valor en el cribaje y control de esta enfermedad; el problema del uso de estos biomarcadores en la medicina asistencial recae en la ausencia de métodos automatizados para la medición de estas moléculas. Este hecho nos llevo a realizar nuestro segundo estudio, publicado en International Journal of Molecular Sciences, en el que la evaluación se centró en biomarcadores de fácil automatización en los laboratorios clínicos asistenciales. Los datos obtenidos han demostrado que la galectina-3, molécula implicada en procesos inflamatorios en referencia al reclutamiento de células inflamatorias, en combinación con la proteína C reactiva muestran una sensibilidad y especificidad muy elevadas, superior a la combinación de los biomarcadores utilizados en la actualidad, aunque algo inferior a las de las determinaciones de parámetros de estrés oxidativo obtenidas en el primer estudio.

    En este segundo estudio también se evaluó la expresión inmunohistoquímica de galectina-3 en las arterias de sujetos sanos y enfermos, mostrando diferencias en la distribución de esta molécula en la estructura arterial, perdiendo expresión en la túnica adventicia e incrementando la expresión en la túnica media y túnica intima en los sujetos que padecen la enfermedad respecto a los sujetos sanos.


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