Mª Inmaculada Vidriales Vicente
La función fisiológica del sistema inmunitario se basa en la defensa contra los microorganismos o contra cualquier sustancia extraña no infecciosa.
Tradicionalmente existen dos tipos de respuesta, la innata (o no específica) y la adquirida (o específica) existiendo una relación muy estrecha entre ambas.
La innata se caracteriza por el desarrollo de una respuesta inflamatoria basada en el reconocimiento de macromoléculas extrañas, generalmente y aunque no exclusivamente, proteínas, péptidos y carbohidratos. No tiene memoria y su protocolo de actuación es común a todos los patógenos. Reconoce lo no propio a través de receptores de reconocimiento de patógenos (PRR) que reconocen estructuras comunes de los patógenos –Patrones moleculares asociados patógenos – (PAMPs) y señales endógenas asociadas a daño tisular (DAMPs).
Un grupo de estos receptores pertenecen a los denominados Toll-Like Receptor (TLR) que no necesariamente se encuentran en la superficie sino que algunos son solubles y están en el citosol.
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