Paisaje litoral atlántico insular: arquitecturas frente al horizonte, atlas de las charcas mareales
- Autores: Ángela Ruiz Martínez
- Directores de la Tesis: Flora Pescador Monagas (dir. tes.)
- Lectura: En la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ( España ) en 2016
- Idioma: español
- Tribunal Calificador de la Tesis: Juan Luis Trillo de Leyva (presid.), Vicente Mirallave Izquierdo (secret.), Francisco Javier Tejido Jiménez (voc.), Juan Manuel Palerm Salazar (voc.), Lisa Diedrich (voc.)
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- Tesis en acceso abierto en: acceda
- Resumen
Los paisajes atlánticos insulares repiten caleidoscópicamente el límite insular, islas dentro de las islas, paisajes dentro de paisajes. Las islas son territorios discontinuos que encuentran continuidad en la otra orilla, al otro lado, en otro espacio litoral. Este borde tierra-mar-tierra, define la esencia de la condición isleña, se erige como la franja más activa de la vida en las islas. Lugar de intercambios continuos, de interacciones múltiples. Espacio demediado, donde protegerse y asomarse, buscar cobijo o desplegarse, espacio de expresión de complejidades y contradicciones. La costa es el lugar de intensas relaciones entre materias y fuerzas cósmicas en continuidad periódica, franja de convergencia de la atmósfera, hidrosfera y litosfera. El origen volcánico de las islas atlánticas ha aunado en el espacio litoral los cuatro elementos básicos del mundo presocrático: aire, agua, tierra y fuego, en sucesión de frágiles equilibrios entre materias y energías, afectados por la actividad de pobladores en sus orillas. La integral de estas relaciones es fundamental para comprender el comportamiento de su paisaje. El litoral, cargado de historia y patrimonio, muestra la interacción humana con el mar. Preexistencias y desapariciones, marcas y señas acumuladas en orillas y pliegues del territorio próximos al mar. Secuencias en eco entre las actuaciones realizadas en distintas épocas por los sucesivos habitantes de un mismo lugar. Sorprende encontrar acciones comunes en los antiguos asentamientos y en las nuevas formas de ocio, medidas de la evolución de un paisaje extremo que no admite excesos y restringe el proyecto que lo afronta. Las arquitecturas frente al mar, están en relación con el concepto de paisaje discreto, enunciado por el profesor Juan Luis Trillo, y tiene algo que ver con un espejo cuando se rompe. Es admirable la capacidad que tienen los espejos para asumir en cada fragmento, por muy pequeño que sea, la misión del espejo mayor. Cada pedazo se multiplica, se exige, la cualidad de ser un paisaje completo. Todo paisaje discreto tiene una cualidad de ser un paisaje completo. Tanto estemos en la ciudad, en la casa, en la habitación, en nuestra mesa de trabajo, realmente el paisaje que percibimos es un paisaje completo. Cuando esto sucede frente al horizonte el paisaje completo se amplifica e intensifica hasta el infinito, los espacios que miran al mar, parecen contener el mundo entero, participan de la potencia del límite, de su poder desestabilizador y multiplicador.
Me resultan interesantes aquellas intervenciones que participan de las cualidades del litoral sin alterar la secuencia de equilibrios que lo componen. Son actuaciones menudas, fragmentos mínimos del litoral, paisajes discretos frente al extenso océano, paisajes completos en sí mismos, islas líquidas . Un paisaje discreto es específico, identificable, definido, caracterizado por sus límites. Identifico las charcas mareales como paisajes discretos. Ingenios que participan de las mismas cualidades extremas del contexto que las contiene, de la sobre exposición permanente a fuerzas y energías en el encuentro entre materias, de la frontera de contactos simultáneos sujeta a cambios cíclicos. Los límites en la charca son estructuras que precisan este contacto, que reproducen en menor tamaño el encuentro entre tierra y océano. El sitio de la charca en el contacto tierra-agua es el espacio de las mareas, que inundan sus límites externos. Acción vital para el funcionamiento de la charca y complejidad añadida para afrontar su proyecto. Condiciones que obligan a formulaciones de interacción con el oleaje, las rocas, la luz, el viento, y las fuerzas de las mareas, atracción solar y lunar. Aquí el proyecto opera como el paisaje o no tiene cabida. El espacio litoral en Canarias es el espacio de las infraestructuras. La costa canaria se muestra como un itinerario múltiple resultante de la superposición de actividad e intercambio diversos a lo largo del tiempo. Un límite donde el tiempo se convierte en espacio, cargado de marcas y señales sometidas a una fuerte erosión permanente. Los litorales de las islas son "tiempo cuajado, tiempo múltiple. Un lugar no es sólo su presente, sino también ese laberinto de tiempos y épocas diferentes que se entrecruzan en un paisaje y lo constituyen." El litoral, de islas volcánicas es impensable como espacio homogéneo, se percibe y comporta como un espacio heterogéneo determinado por las cualidades de las materias básicas y las acciones de las energías que se concentran en este doble límite, el de la tierra sumergida y emergida con la orilla del mar, un espacio fronterizo como un campo sometido a amultiples fuerzas. Campos de distribución de vectores en mallas espaciales de variación continua. A cada campo de vectores se le podría asignar una temática presente en el espacio, podríamos así elaborar mapas de líneas y superficies del comportamiento de las materias y energías presentes en la franja costera, trabajando con geometrías fractales, que puedan extenderse hasta el infinito.
Otra cualidad del espacio litoral es su imprevisibilidad, dada su complejidad, genera incertidumbres, sentimientos encontrados. Es necesario salir del convencionalismo para proyectar su paisaje. Las arquitecturas como paisaje defienen el lugar como proceso de proyecto o se realizan desde proyectos que inventan el lugar. Arquitecturas que proyectan las relaciones entre elementos, entre los espacios interiores y el ambiente exterior envolvente, que alteran el modo de estar y percibir el espacio.
-------------------------------------------------------- The insular Atlantic landscapes repeat in a kaleidoscopic manner the insular boundary, islands inside islands, landscapes inside landscapes. The islands are discontinuous territories, which meet continuity on the other shore, on the other side, in another littoral space. This border land-sea-land, defines the essence of the island nature. It rises as the most active strip of life in the islands. Place of continuous exchanges, multiple exchanges. Divided space, where to find shelter and protrude, seek shelter or blossom out, space to express complexities and contradictions. The coast is the place of intense relationships between cosmic substance and forces in a periodic continuity, convergence strip of the atmosphere, hydrosphere and lithosphere. The volcanic origin of the Atlantic islands has united in the littoral space the four basic elements of the Pre-Socratic world: air, water, earth and fire, in a succession of fragile balances between substances and energies, affected by the activity of inhabitants on its shores. The integral of these relationships is crucial to understand the behavior of its landscape. The littoral, full of history and patrimony, shows the human interaction with the sea. Preexisting and disappearances, marks and signs accumulated on the shores and folds of the territory close to the sea. Sequences in echo between the interventions done in different periods by the successive inhabitants of the same place. It is surprising to find common actions in old settlements and new ways of leisure, measures of the evolution of an extreme landscape, which does not admit excesses and restricts the project it faces. The architectures on the seafront are in relation with the concept of the discreet landscape outlined by the Professor Juan Luis Trillo, and it has something to do with a mirror when it breaks. It is remarkable the capacity of mirrors to assume in every fragment, no matter how small, the mission of the bigger mirror. Every piece expands greatly and pushes itself to have the quality of being a complete landscape. Every discreet landscape has the quality of being a complete landscape. While we are in the city, at home, in the room, at our work desk, the landscape we perceive is really a complete landscape. When this happens in front of the horizon the complete landscape amplifies and intensifies to the infinity, the spaces on the seafront seem to contain the entire world, they participate in the power of limit, in its destabilizing and multiplier power.
I find interesting those interventions which take part in the qualities of the littoral without modifying the sequence of balances, of which it is made of. They are small interventions, minimal fragments of the littoral, discreet landscapes by the vast ocean, complete landscapes in themselves, liquid islands . A discreet landscape is specific, identifiable, defined, characterized by its limits. The tide pools are discreet landscapes. They are ingenuities taking part in the same extreme qualities of the concept that contains them, in the permanent over exposure to forces and energies in the encounter between substances, in the border of simultaneous contacts subject to cyclic changes. The limits in the pool are structures, which need that contact, and they reproduce in smaller size the encounter between earth and ocean. The location of the pool in the earth-water contact is the space of the tides, which flood its external limits. Essential action for the functioning of the pool and the added complexity to face its project. The conditions force the formulation of interaction with the swell, the rocks, the light, the wind, and the forces of the tides, the solar and lunar attraction. The project operates here as the landscape, or else there is no room for it.
The littoral space in the Canaries is the space of the infrastructures. The Canary coast seems like multiple itinerary resulting from the superposition of diverse activity and exchange throughout time. It is a limit where time becomes space, full of marks and signs under strong permanent erosion. The littorals of the islands are “set time, multiple time. A place is not only its present, but also that labyrinth of different times and periods which intersect in a landscape and constitute it." The littoral, made of volcanic islands is unthinkable as homogeneous space, is perceived and behaves as heterogeneous space determined by the qualities of the basic substances and the actions of the energies which concentrate in this double limit, the land submerged and emerged with the seashore, a border space like multiple force fields.
Vectors distribution fields in spatial meshes of a continuous variation. We could assign to every field of vectors a present thematic in the space. This way we could elaborate maps with lines and behavioral surfaces of the substances and energies present in the coast strip, working with fractal geometries, which can expand to the infinity.
An additional quality of the littoral space is its unpredictability; given its complexity it creates uncertainties, mixed feelings. It is necessary to leave aside the conventionalism to project its landscape. The architectures as landscape define the space as a project process; else, they develop from projects inventing the space. These architectures project relations between elements, between the inside spaces and the surrounding outside atmosphere, they alter the way of being at and perceiving the space.
