Hemos estudiado 40 enfermos afectos del síndrome de hiporfusión pulmonar los cuales separamos con arreglo a la clasificación personal que hemos elaborado. En el estudio de estos enfermos reconocemos un tipo de etiología no descrita en la literatura consultada y de la que no tenemos noticia de su conocimiento. Nos referimos a las alteraciones de la perfusión consecutivas a neumotórax.
Los trabajo de POE y el aparecido en 1969 en el American Revieu pusieron de manifiesto que la perfusión pulmonar está particularmente disminuida en los neumotórax, derrame pleurales, cardiomegalias, traumastoracicos, etc. Ello se refiere al momento de actuación de la causa desencadenante, pero nada había al respecto sobre las consecuencias tardías de estas causas sobre la perfusión, si la circunstancias originaria actuaba durante un tiempo determinado, como lo demuestran los casos 20 al 28 inclusives.
Dos de ellos habían sufrido un neumotórax bilateral (casos 22 y 28) los cuales no se hicieron de una forma simultánea más que en el caso 22 y durante poco tiempo, no apareciendo alteraciones más que en el pulmón colapsado durante más tiempo, número 22, o en el que fue tratado en primer lugar, número 28. Ello nos hace suponer que una comunicación de corte circuito o periférica (pulmón vicariante) llega a organizarse de forma predominante si la circunstancia se mantiene de forma continuada durante largo tiempo.
Hemos observado como las alteraciones de la perfusión que detectamos pueden aparecer, dando la misma imagen, sea cual sea la causa desencadenante. Todo ello nos permite llegar a las siguientes….
En algunos casos hay buena correspondencia entre gammagrafía y arteriografía pulmonar o sistémica, pero en otros puede no darte esta de forma necesaria.
CONCLUSIONES 1. Las alteraciones de la perfusión son frecuentes en los enfermos respiratorios.
2. Esta causa fisiopatológica puede dar un cuadro clínico definido “Síndrome de hipoperfusión pulmonar” que puede obedecer a múltiples etiologías como ya hemos expuesto.
3. Creemos justificado y útil el esquema etiopatogénico que hemos elaborado para explicar los casos clínicos.
4. Que las distintas técnicas empleadas para el estudio del Síndrome (gammagrafía, arteriografía pulmonar y arteriografía bronquial), no tienen porque estar alteradas simultáneamente. Todas y cada una de ellas tiene un valor absoluto de afirmación de la existencia de patología.
5. Las alteraciones encontradas con las distintas exploraciones no son patognomónicas de un proceso etiológico definido, y que todo es especialmente cierto con los neumogammagramas, por lo que estas técnicas no desplazan a los métodos clásicos de estudio de los enfermos sino que son unos buenos auxiliares para el diagnóstico.
6. Hemos observado una circunstancia etiológica de alteración de la perfusión no descrita hasta ahora en la literatura y que es consecutiva a la compresión externa del parénquima mantenida durante largo tiempo, los neumotórax terapéuticos, los cuales alteran la perfusión de forma prácticamente permanente.
7. Creemos que se debe esta circunstancia post-neumotorz a la organización de corto circuitos funcionales de forma permanente.
8. La alteración consecutiva al neumotórax puede determinar la aparición de un Cor pulmonales.
9. Estos enfermos están compensados durante largo tiempo hasta que una circunstancia los desequilibra y hace que aparezcan el cuadro de forma progresiva.
10. Algunos de estos enfermos pueden ser recuperados, incluso gammagráficamente (caso 28) y observamos que mejoran con Kinesiterapia, corticoides, cura depletiva, broncodilatadores y la administración de piridinol carbamato.
11. La gammagrafía debe de prodigarse más en la clínica diaria, ya que puede explicarnos muchas circunstancias de incapacidad respiratoria difícilmente comprensibles por otros métodos.
12. La gammagrafía puede detectar hipertensiones pulmonares en fase precoz y con ello evitar la evolución al cor pulmonales.
13. En las branquiectacias observamos que solo hay alteración del gammagramas si existe una gran participación de la circulación sistémica.
14. Apuntamos la necesidad del estudio del enfermo pulmonar desde este punto de vista con lo cual logramos aclarar la fisiopatología de los trastornos de perfusión señalados. Todo nuestro trabajo lo daríamos por bueno si con el consiguiésemos mejorar aunque solo fuese a uno tan solo de estos enfermos.
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