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Metodología de simulación mediante ordenador: Hacia un modelo sistémico de la depresión

  • Autores: Carlos Camacho Martínez-Vara de Rey
  • Directores de la Tesis: José Giner Ubago (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universidad de Sevilla ( España ) en 1987
  • Idioma: español
  • Número de páginas: 368
  • Enlaces
    • Tesis en acceso abierto en: Idus
  • Resumen
    • El título de este trabajo, “Metodología de simulación del comportamiento por ordenador: Hacia un modelo sistémico de la depresión”, sugiere una doble intención. Por un lado, se pretende una justificación de la utilización de modelos –en especial, de modelos simulables por ordenador- en psicología, y por otro, se intenta aplicar un determinado enfoque de la ciencia –el enfoque sistémico- al problema de la depresión, el resultado final es la realización de un modelo, según la metodología de la dinámica de sistemas, sobre la depresión.

      Las ideas en torno al valor de los modelos y la utilidad de la simulación se desarrollan en el capítulo primero. Se plantea la función de modelar como complemento de la observación y de la experimentación, en un intento de organización de la información recogida, y como un primer esbozo de la génesis teórica. Se destaca la importancia del ordenador, como un instrumento –a semejanza del microscopio o el telescopio-, que ofrece una nueva perspectiva en la investigación. Se exponen algunas de sus ventajas, y se especifica, igualmente, algunas de sus limitaciones. Por último, se hacen algunas consideraciones en torno a la denominada metáfora del ordenador, y al papel de la robótica en la psicología.

      El segundo capítulo es amplio y versa sobre lo que genéricamente puede denominarse como el enfoque sistémico en las ciencias. Abarca dos grandes apartados. El primero tiene carácter introductorio, y constituye una revisión histórica de las disciplinas que más relevantemente han contribuido a forjar dicho enfoque, a saber: informática, cibernética, teoría general de sistema, teoría de catástrofes, y teoría de las estructuras disipativas de Prigogine.

      La segunda parte de este capítulo tiene un carácter más formal, y se dedica al desarrollo de algunos conceptos, que fueron esbozados en el primer apartado, y que tienen una cierta relevancia en la lógica del modelo propuesto. Se desarrollan los conceptos de sistema, realimentación, información, y estabilidad y control.

      El capítulo tercero consta igualmente, de dos apartados. En el primero se hacen algunas consideraciones generales sobre la psicología en base a las ideas desarrolladas en el capítulo anterior. Se destacan los sujetos como insertos en el sistema sujetos-medio. La conducta, en cuanto sucesión de hechos, se concibe como un proceso –flujo de acontecimientos-, y por tanto, susceptible de planteamientos dinámicos. Se concibe toda acción en el seno de una asimetría, y en consecuencia, se plantea como causa todo aquello capaz de romper la simetría del sistema. Se hacen, igualmente, algunas consideraciones en torno a la memoria, al aprendizaje, a la motivación y a la personalidad.

      La segunda parte de este capítulo se dedica al estudio de la depresión. Tras unas consideraciones generales sobre los procesos que dan lugar a la misma, se procede a revisar y a evaluar los modelos más significativos sobre esta enfermedad.

      El último capítulo corresponde al desarrollo del modelo sobre la depresión basado en la dinámica de sistemas. Se concretan aquí definitivamente algunas de las ideas desarrolladas en apartados anteriores, y se procede a exponer según las fases clásicas de la dinámica de sistemas –diagrama causal, de Forrester, y ecuaciones DYNAMO- los distintos componentes del modelo. Merced al análisis cualitativo se determinan los puntos de equilibrio y la estabilidad de los mismos. Por último, se ofrecen algunos listados de ordenador de las distintas simulaciones realizadas.

      Conviene indicarse, que junto a ideas sólidamente fundamentadas en la ciencia, se expresan aquí otras de más dudosa aceptación, en especial aquellas en torno a la teoría de la información, y a la particular manera de entender los sistemas. Numerosos conceptos extraídos de la cibernética y de la biología se extrapolan al contexto humano, y se interpretan así, aspectos tales como la motivación o la personalidad. Somos conscientes del terreno resbaladizo que pisamos, y confiamos que se valore al aspecto innovador de los mismos, más que su definitiva fundamentación.

      Por otro lado, recordaremos algunas de las ideas expuestas en el capítulo primero respecto a las ventajas y limitaciones de los modelos por ordenador. Los modelos formales, aunque más rigurosos en determinados aspectos que los modelos verbales, gozan de una flexibilidad muy inferior a estos. No todas las formulaciones pueden ser formalmente expresadas, y queda siempre un resto de insatisfacción cuando se contemplan los resultados. Pero entendemos que este modelos deber ser juzgado en base a los objetivos propuestos y no exclusivamente por criterios de proximidad al fenómeno real.

      En este sentido, se han establecido ciertas restricciones y se han partido de determinadas hipótesis. Las restricciones hacen referencia a la consideración exclusiva de las depresiones psicógenas. De esta forma, el punto de atención debe estar enfocado fundamentalmente en la zona de interacción entre el sujeto y su medio. Por otro lado, la lógica de este modelo refleja las hipótesis planteadas. En este caso, la variable que incide sobre la depresión es la ansiedad, cundo esta es intensa y prolongada, como consecuencia de la percepción de falta de control sobre el medio. Otras hipótesis, posiblemente más correctas, no son contempladas, conscientes de que cualquier otro planteamiento será igualmente discutible.

      En definitiva, hemos realizado un cierto esfuerzo por introducir una metodología no usual en psicología. Se han planteado unas matemáticas distintas a la estadística, y se ha desarrollado un modelo ajeno al procesamiento de la información. Hemos iniciado un camino que dista mucho del punto final, pero mirando retrospectivamente, hemos avanzado algo. Si se nos juzga tomando como referencia la posible perfección de este trabajo habremos fracasado, pero si se valora lo andado y la dirección tomada, creemos haber aportado algo.

      CONCLUSIONES Cuando se concluye una investigación de estas características se tiene la impresión de no haber llegado a ninguna conclusión. si por conclusión se entiende lograr algún resultado concreto y definitivo.

      Hemos desarrollado. al final, un modelo sobre la depresión, pero no concebimos que sea "operativo" en el sentido de que refleje fielmente la evolución de algún sujeto en particular. Las distintas variables -logro, cogniciones, emociones y energía- están expresadas en términos matemáticos según determinadas hipótesis. Por otro lado. posiblemente habremos omitido algunas variables importantes, y/o hayamos introducido algunas irrelevantes. Además. las relaciones establecidas entre ellas, seguramente, serán muy discutibles.

      No obstante, no ha sido ésta nuestra principal preocupación. Cuando se simulan fenómenos complejos. basado en variables hipotéticas. como es nuestro caso, no es viable criterios de ajuste cuantitativo. Parece más razonable. entonces. detenerse en consideraciones cualitativas donde se resalte la forma de comportamiento que adopta el sistema, al margen de la escala utilizada. y en la esperanza de que tal actitud permita. al menos parcialmente. la comprensión de los mecanismos que dan lugar a unas determinadas configuraciones y no a otras A lo largo de este trabajo nos ha guiado la intuición de que el enfoque de la dinámica de sistemas podría ser útil en psicología. Nos hemos arriesgado a sabiendas de que otros derroteros podrían resultarnos más fáciles y menos comprometidos. Hemos hecho un cierto esfuerzo, como se muestra en el capítulo segundo por integrar conceptos de otras disciplinas a la psicología. Y más que intentar explicárselo a los demás, lo hemos hecho con nosotros mismos.

      Hemos realizado un planteamiento convergente. Tras un primer capítulo destinado a .justificar el uso de modelos y de la simulación, hemos procedido a desarrollar, en el capítulo segundo, algunas ideas generales en torno a lo que, en un sentido muy amplio, hemos denominado como enfoque sistémico. Tales ideas han pretendido ser válidas para cualquier tipo de sistemas, sean estos físicos, biológicos o humanos, y de esta forma, hemos entendido el capítulo tercero como una aplicación de lo expuesto anteriormente. Por esta razón, en nuestro esfuerzo por ser concretos, hemos hecho un planteamiento de la depresión que puede resultar simplista desde otras perspectivas psicológicas, pero tal circunstancia nos ha permitido, finalmente, en el capítulo cuarto, expresar en términos matemáticos la mayor parte de los conceptos desarrollados a lo largo de este trabajo. Otras ideas tales como las que derivan de la teoría de la información no ha sido posible aquí pero esperamos hacer lo en un futuro.

      Hemos pretendido una cierta coherencia. Las mismas ideas son desarrolladas, en diferentes niveles, a lo largo de este trabajo. Lo que, en un principio, son formulaciones verbales un tanto generales, son acotadas progresivamente, hasta lograr ser formalizadas en el último capítulo.

      Por otro lado, hemos intentado utilizar un instrumental conceptual algo distinto a lo que ha sido usual en psicología. Hemos abogado por unas matemáticas que no se limitan a la estadística, donde se de cabida a planteamientos dinámicos, en la esperanza de que describir procesos cabalmente es la mejor forma de explicar; donde las no linealidades es lo normal, y donde se contempla el feedback como el mecanismo necesario para la estabilidad de los sistemas. Igualmente, se ha pretendido dar cuenta del cambio cualitativo a través de la teoría de las catástrofes.

      En definitiva, hemos desarrollado un modelo sobre la depresión en base a la metodología de la dinámica de sistemas. Nuestro propósito principal, a pesar de las posibles deficiencias ha sido mostrar, en términos generales la validez de esta metodología como herramienta conceptual en psicología, y algunas otras ideas que subyacen en la consideración de este tipo de modelos. La depresión, más que el fundamento último, ha sido el vehículo para expresar tales ideas.


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