Resumen de La metodología tradicional de enseñanza y aprendizaje de la guitarra flamenca: un estudio diacrónico y sincrónico
Desde la génesis y cristalización del flamenco en la segunda mitad del siglo XIX, su música se ha valido de una transmisión preeminentemente oral de los contenidos, que, por otro lado, es un atributo inherente a los ámbitos populares de los que procede y que se traduce en un método tradicional de enseñanza. Si ese tipo de transmisión de contenidos no ha favorecido un conocimiento musical reglado, en cambio ha propiciado una serie de facultades musicales relacionadas con unos modos interpretativos característicos de la guitarra flamenca, en los que la intuición y la improvisación juegan un papel crucial. Lo que realmente define al verdadero guitarrista flamenco es su calidad de guitarrista acompañante: tanto del cante como del baile.
En la actualidad existe una legislación estatal y comunitaria que ampara unos planes de estudios reglados de conservatorio para sus tres especialidades: cante, baile y guitarra. Sin duda alguna, este hecho supone un valor de capital importancia acorde con esa línea de dignificación y revalorización de este arte. Pero estamos convencidos de que en las instancias educativas se debe tener especialmente presente que es una música enraizada en una tradicionalidad de la transmisión de sus contenidos, que es el que propicia esta labor de aprendizaje del guitarrista que incluye el desarrollo de sus habilidades de diálogo con las otras dos manifestaciones propias del arte flamenco: el cante y el baile. No se entiende un guitarrista flamenco que no tenga incorporado estas habilidades en su desarrollo como músico flamenco.
Por todo esto, en esta tesis se destacan y ponen en valor aquellos rasgos de carácter interpretativo que siempre se han transmitido a través de lo que nosotros llamamos la metodología tradicional de la enseñanza de la guitarra flamenca. Si esos rasgos fomentan en el guitarrista esta naturaleza improvisatoria, creativa y de diálogo con el cante y el baile, son rasgos que deben ser incorporados en las nuevas metodologías de enseñanza de la guitarra flamenca y en toda enseñanza reglada, incluida la de los conservatorios.
Para individuar estos rasgos, hemos analizado la tratadística en relación a los precedentes históricos del instrumento objeto de estudio: guitarra barroca (s.XVII), guitarra clásico-romántica (s.XVIII-XIX) y guitarra flamenca (s.XX-XXI). Esto nos ha permitido individuar la práctica ininterrumpida durante más de cuatro siglos de una serie de elementos musicales ligados a la guitarra de acompañamiento en la tradición española preflamenca y flamenca.
Si este análisis ha supuesto la parte diacrónica de este estudio, la sincronía ha venido de la mano de las entrevistas realizadas a diversos artistas flamencos que gozan de un reconocido prestigio en el panorama musical flamenco. Sus testimonios, conjugados con los datos históricos de nuestro estudio diacrónico y con nuestra experiencia personal como guitarrista flamenco, nos han permitido indagar en la singularidad de la música flamenca y argumentar sobre las facultades que proponemos que han de estar presentes en la formación del guitarrista flamenco.
Hemos analizado las diferentes posibilidades formativas que se ofrecen en la actualidad al aprendiz de guitarra flamenca, individuando un contexto legislado, en el que incluimos el conservatorio, y un contexto no legislado, en el se engloba el resto de posibilidades. Se incluye un análisis de la legislación que regula en la actualidad los diversos planes de estudio en la especialidad de guitarra flamenca.
Concluimos emitiendo unas propuestas con una pretensión generalizadora: en la formación del guitarrista flamenco debe hacerse presente un tipo de enseñanza de transmisión oral que fomenta la adquisición de los elementos característicos del lenguaje musical flamenco. Toda metodología de enseñanza de la guitarra flamenca ha de tener como eje vertebrador la propia práctica del acompañamiento al cante y al baile, principal función de este instrumento. Si bien el guitarrista desde sus inicios ha de aprender también a ser un verdadero intérprete, su labor interpretativa ha de desarrollarla al mismo tiempo que desarrolla su capacidad auditiva y analítica, que le permitirá que aflore, como una consecuencia natural, la creatividad y la innovación siempre a partir del marco del repertorio flamenco que podemos llamar clásico.
