La formación del complejo SNARE conduce a la fusión de las membranas dando lugar al a neurotransmisión. Esta característica lo convierte en diana terapéutica para intervenir en la exocitosis. La especificidad que muestran las toxinas botulínicas (BoNTs) para alterar la estabilidad del complejo SNARE, y por lo tanto para inhibir la neurosecreción, es la razón por la que se usan en el tratamiento de enfermedades relacionadas con una hiperactividad neuronal como la distonía, la tortícolis o el estrabismo. Los problemas que surgen de la aplicación de una molécula tan grandes y tóxica, nos ha conducido a plantear dos estrategias complementarias dirigidas a obtener nuevas preparaciones farmacéuticas estructuralmente más simples y menos inmunogénicas, o moléculas alternativas que imiten la función de esta familia de proteínas.
En primer lugar, y utilizando como modelo el serotipo E, se ha estudiado la viabilidad de utilizar modificaciones covalentes de su dominio catalítico como estrategia para modular su actividad y estabilidad. Específicamente, se ha utilizado la fosforilación en residuoss de tirosina. Los resultados obtenidos muestran que el dominio catalítico de la neurotoxina E es un sustrato de la tirosina quinasa Src. La fosforilación de la cadena ligera (CL) de BoNT/E no afecta a la actividad catalítica de la enzima, pero incrementa la temperatura de desnaturalización 5ºC. El residuo aceptor de fosfato se sitúa en la Y67 en el amino terminal de la proteína. La incorporación de un residuo de fenilalanina produce una neurotoxina no fosforilable que reproduce las propiedades de la enzima desfosforilada. La sustitución del residuos de tirosina por ácido glutámico rinde una enzima inestable.
Estos resultados indican que la fosforilación de la CL de BoNT/E modula su termoestabilidad. Esta modificación no puede imitarse mediante la introducción de residuos acídicos alifáticos.
En segundo lugar, se ha
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