La tesis se propone estudiar tanto el proceso de recepción de Nietzsche por parte de Ortega como la confrontación de las filosofías de los dos autores en relación con diversos temas (la teoría del conocimiento, la ética, la estética o la política).
La primera parte de la tesis estudia la recepción que Ortega hace de Nietzsche teniendo en cuenta cuatro horizontes hermenéuticos fundamentales. El primer de ellos se extiende de 1902 a 1912. Ortega entra en contacto con Nietzsche a través del modernismo literario español y la generación del 98. Entre 1902 y 1906 los elementos nietzscheanos que más influyen en Ortega son la crítica vitalista de la cultura, la estética vitalista y el aristocratismo ético y político. Tras sus estancias en Alemania entre 1905 y 1907, el pensamiento de Ortega gira hacia el neokantismo y desde esta nueva perspectiva racionalista, centrada en los conceptos de ciencia y moralidad, critica el individualismo y el anarquismo nietzscheanos propios del modernismo. Bajo la influencia de Simmel interpreta el superhombre de Nietzsche en términos de humanidad moral kantiana.
El segundo horizonte de recepción se sitúa entre 1912 y 1916 y tiene como referencia fundamental el primer libro de Ortega, Meditaciones del Quijote. En este periodo, Ortega se distancia del neokantismo y se acerca a la fenomenología. Tiene lugar una recuperación de Nietzsche condicionada por las lecturas de Simmel y Max Scheler y son fundamentales los temas del alcionismo como actitud intelectual, la consideración de la vida como fundamento de la cultura y la propuesta de una ética basada en una voluntad creadora y afirmativa.
Entre 1916 y 1929, un tercer horizonte está configurado por la crisis de la cultura, agudizada tras la Gran Guerra y el intento de Ortega de formular un modelo de razón vital desde la crítica de la razón moderna como razón idealista que subordina la vida a la razón. Se mantienen las referencias de Simmel y Scheler y se añade en esta época la de Spengler. La presencia de Nietzsche es especialmente intensa en El tema de nuestro tiempo (1923) y diversos ensayos de El Espectador (desde 1916). La crítica vitalista de la cultura moderna, la crítica de Sócrates, la caracterización de Don Juan como una figura vital y transgresora representativa de un nuevo tiempo y la propuesta de una ética y una estética lúdicas fundadas en la vida son los principales motivos nietzscheanos de esos años.
En la segunda parte de la tesis se comparan los planteamientos filosóficos de Nietzsche y Ortega en relación con cuatro temas: el conocimiento, la estética, la ética y la política.
El último horizonte de recepción se extiende entre 1929 y 1955, año de la muerte de Ortega. En ese periodo, Ortega intenta elaborar una filosofía más sistemática, lo que le aleja de Nietzsche. En su concepto de vida de esos años son más importantes los influjos de Dilthey, en relación con el proyecto de una razón histórica, y Heidegger, en la elaboración de una ontología de la vida, centrada en los conceptos de mundanidad y temporalidad del ser humano. En cualquier caso, la problemática de Nietzsche se refleja en la dificultad que tiene Ortega para elaborar un modelo satisfactorio de razón histórica.
En la segunda parte de la tesis se comparan los planteamientos filosóficos de Nietzsche y Ortega en relación con cuatro temas: el conocimiento, la estética, la ética y la política.
Nietzsche y Ortega critican la teoría del conocimiento moderna. Tanto Nietzsche como Ortega son perspectivistas en teoría del conocimiento. No obstante, en Nietzsche las perspectivas son posiciones de la voluntad de poder; en Ortega son dimensiones de significado. Por eso, el perspectivismo de Nietzsche implica la lucha de perspectivas, el de Ortega permite integrar las distintas perspectivas en una verdad global.
Nietzsche y Ortega critican la estética moderna, que ellos entienden como estética romántica. En un primer momento ambos ace`tan la idea romántica de arte como experiencia que per
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