Las investigaciones en el toc están cambiando mucho en todo el mundo, con la combinación de pruebas neuroendocrinas es posible que se pueda dar un paso más en el conocimiento de las alteraciones neuroendocrinológicas y la localización neuroanatómica de este trastorno. Al haberse dividido los pacientes en tres grupos según la psicopatología asociada se pueden establecer diferencias dentro del trastorno obsesivo-compulsivo en función de su comorbilidad. La integración de los datos obtenidos de las técnicas funcionales de imagen con los datos obtenidos en el test de cmi, con los conocimientos sobre la distribución y fisiología de los receptores serotoninergicos, sugiere la existencia de un circuito reverberante en el trastorno obsesivo-compulsivo, con una función alterada en los receptores de la serotonina.
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