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Resumen de Estudio clínico experimental del efecto de los corticosteroides sobre la tensión ocular

Enrique Dios Ortiz

  • Un hecho de gran importancia práctica y teórica es el efecto que tiene los corticosteroides sobre la tensión ocular. Con frecuencia se observa que la instilación repetida de corticosteroides puede inducir a la producción de un glaucoma de ángulo abierto en ojos previamente normales y empeorar las tensiones en ojos glaucomatosos. Estas observaciones han seguido un curso sorprendentemente lento. En fecha tan reciente como 1961, esta relación se consideraba con escepticismo; después, gracias a la especial atención que le dedicaron investigadores como Goldmann, Armaly, Mills, Becker y otros se apreció mejor la realidad que de este peligro. En la actualidad se admite de modo casi general la conveniencia de tonometrar a los pacientes que llevan más de una o dos semanas administrándose corticosteroides. El diagnóstico es de gran trascendencia, pues el tratamiento indiscutible es la supresión del fármaco.

    Asimismo debe considerarse el hecho que muchos médicos generales, por ignorancia de estas complicaciones, usan indiscriminadamente colirios y pomadas cortisónicos con sus pacientes.

    Pero la gran importancia del tema se debe sobre todo a que puede contribuir a aclarar problemas sobre la etiología y patogenia del glucoma.

    Los estudios experimentales sobre el efecto de los corticosteroides sobre la tensión ocular son escasos y, creemos, incompletos. No conocemos ninguno con el material tiempo e intensidad de tratamiento del presente.

    CONCLUSIONES 1. En conformidad con lo observado por numerosos autores, encontramos que la aplicación local prolongada de corticosteroides determina el gran número de individuos hipertensión ocular, sin que puedan apreciar diferencias de edad, ni de sexo.

    2. En algunos individuos especialmente predispuestos esta hipertensión puede alcanzar cifras considerables, incluso después de una sola semana de tratamiento por dichas hormonas. De aquí la necesidad de vigilar la tensión ocular con frecuencia en los individuos sometidos a tratamiento.

    3. Frente a lo observado por otros autores, es frecuente, sobre todo en los jóvenes, la presencia de signos inflamatorios, tales como edema corneal, y subjetivos, visión de halos coloreados, a pesar de presentar un ángulo abierto cuando se produce la hipertensión.

    4. Estas hipertensiones son generalmente reversibles, cediendo espontáneamente sin ninguna clase de tratamiento. Tan solo hemos tenido dos caso en los que fue necesario recurrir a una intervención quirúrgica.

    5. La administración de mióticos sin suprimir el corticosteroide no tiene ninguna acción hipotensora en los casos de glaucoma cortisónico. De aquí la conveniencia de investigar en todo caso de glaucoma en el que tratamiento medicamentoso no consigue normalizar la tensión, si está sometido al propio tiempo a una terapéutica con corticosteroides sobre todo tipo local.

    6. La administración del excipiente de un colirio de dexametasona al 0,1% en dos individuos particularmente sensibles a los corticosteroides no fue seguida de la menor elevación de la tensión ocular. Con esto creemos probado que carecen de validez y no pueden ser traspuestas al hombre las experiencias in vitro realizadas por Kern y colaboradores.

    7. Hemos estudiados a veintinueve conejos durante un tiempo, en ningún caso inferior a dos meses y en la mayoría superior a cuatro, la acción sobre la tensión ocular de instilaciones muy repetidas con corticosteroides.

    8. Con una sola excepción, en todos los casos estudiados hemos obtenido cifras tensionales que consideramos patológicas.

    9. En la mayoría de los caso a pesar de continuar las instilaciones la tensión ocular descendía al cabo de algún tiempo.

    10. En el ojo no instilado se observa también aumento de la tensión intracelular, este aumento nos parece debido a una acción general del medicamento reabsorbido en la conjuntiva del ojo donde se efectuaron las instilaciones.

    11. No se observó ninguna variación en el globo ocular, en ninguno de los casos, que pudiera atribuirse a la acción de la hipertensión.

    12. Como alteraciones oculares concomitantes encontramos la aparición de una opacidad de la cortical posterior en un caso, y la de un exoftalmos en el ojo derecho en otro. Este exoftalmos disminuyó al reducir la dosis.

    13. En todos los conejos se encontró una disminución de peso y una mortalidad considerable.

    14. La muerte solía ir precedida, en la mayor parte de los casos de un descenso en la tensión ocular, que nos parece achacable a una atrofia de suprarrenales y a una mayor susceptibilidad a los esteroides.


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