La administración de una magnitud de carga determinada mediante dos metodologías de trabajo tradicionales (Entrenamiento Localizado (E.L.) frente al Entrenamiento General o en Circuito (E.C.)) y el efecto que producen cada una de ellas sobre distintas variables morfo-funcionales, es el objetivo principal de esta investigación. Veinticuatro sujetos (22,71 +- 3,26a; 175,25 +- 22,30 cm; 73,65 +- 9,95 kg), varones, estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Actividad Fisica y el Deporte, con al menos un año de experiencia en entrenamiento de fuerza con pesas, fueron seleccionados y distribuidos aleatoriamente en dos grupos (Ga=11 y Gb=13). Cada grupo realizó un tratamiento de 8 semanas de entrenamiento de fuerza con cargas submáximas (70-80% de 1RM; Velocidad de ejecución 1:2).
El Grupo A trabajaba mediante rutinas divididas, mientras que el Grupo B realizó el trabajo con entrenamientos en circuito.
Al final de cada Microciclo en ambos grupos habían realizado la misma cantidad de carga. Los controles se hicieron al comienzo, a la mitad y al final de las 8 semanas. En cada control se pasaba una batería de test compuesta por pruebas antropométricas (peso, diámetros, porcentaje graso), y pruebas funcionales (SJ, CMJ, 1RM Prensa Atlética, 1RM Press de Banca, 1RM Remo Sentado, Course Navette).
Los resultados obtenidos muestran que no existen diferencias significativas entre los grupos para ninguna de las variables antropométricas analizadas.
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