El objetivo del presente trabajo es estudiar los costes asumidos por las personas que cuidan pacientes con la EA y otras demencias en el ámbito de Andalucía, y relacionar éstos con la aportación de los sistemas públicos de protección social y los diferentes estadíos del síndrome. Adicionalmente, se plantea como objetivo, a partir de los resultados que se obtengan, establecer una estimación del coste social que supone la atención a las personas con demencias a fin de establecer una ponderación de la participación de la familias, en base a la comparación respecto al PIB de la Comunidad y de España, para el año en que se recopilan los datos, 2012, realizando una comparativa en diferentes escenarios de estimación de costes.
Los resultados de costes se interpretan además a partir de los costes directos desembolsados por las familias (según datos recogidos con un cuestionario), aportación del Estado vía transferencias por las prestaciones de servicios sociales concertados (no se valoran costes de prestaciones sanitarias públicas). Los costes indirectos se valoran según el método de preferencias reveladas en base a 3 escenarios: 1) costes de oportunidad, en función de: a) la gravedad del paciente que obliga a diferentes intensidades de atención, y b) en base a nivel de formación del cuidador que se relaciona con un mayor coste del factor tiempo; 2) costes de sustitución por un cuidador profesional especializado, que se valora con un output a precio de mercado según convenio colectivo del sector de la dependencia del año 2012, para un sueldo de auxiliar/gerocultor, y 3) costes de sustitución por un cuidador no especializado, que se valora según salario mínimo interprofesional para 2012.
Se comprueba que: 1) el coste de la enfermedad crece conforme se agrava el síndrome y este coste es asumido en más del 50% por el entorno familiar en todas sus fases. 2) Los costes son mayores cuando la persona que cuida tiene un nivel formativo más alto, y cuando está laboralmente ocupada. 3) Los costes asumidos por el entorno familiar resultan más elevados cuando los cuidadores son hombres que cuando son mujeres. 4) La situación de convivencia se relaciona con una reducción de los costes directos aportados por el entorno familiar. No se confirma la hipótesis de que 5) El coste es mayor cuando la persona que cuida es más joven, entendiendo como tal los menores de 40 años. En cuanto a la repercusión del coste social sobre el PIB, se plantea que los costes sociales directos de la atención a personas con demencias suponen, valorados para el año en que se realiza el estudio, 2012, un 0,34% del PIB de Andalucía, y extrapolando un 0,28% del de España. Valorado como coste de oportunidad, representa un 1,22%/PIB andaluz (1,02%/PIB de España). Si se valoran como costes de sustitución por un cuidador especializado, el coste social equivale a un 2,71%/PIB de Andalucía (2,26%/PIB de España). Y si se analizan respecto a la sustitución por un cuidador no especializado sería del 1,70%/PIB de Andalucía (1,42%/PIB de España).
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