Nuestro objetivo era estudiar influencia de la Terapia Hormonal Sustitutiva en la sexualidad de la mujer menopáusica, para ello tomamos una muestra de 61 mujeres posmenopáusicas, tanto fisiológicas como quirúrgicas, y las dividimos en cuatro grupos: Grupo E(n=14) (mujeres menopáusicas quirúrgicas tratadas con estrógenos), grupo E2+P (n=18) (mujeres menopáusicas fisiológicas tratadas con estrógenos+progestágenos), grupo T (mujeres menopáusicas tratadas con tibolona) (n=14) y grupo C (n=15) (grupo control, de mujeres menopausias sin tratamiento).
A todas las mujeres se le realizó citología y analítica hormonal, y posteriormente se le pasó el Cuestionario de Salud General de Goldberg y un Inventario Clínico de Sexualidad; todo esto se le realizó a todas las mujeres del estudio al principio, y seis meses después de ponerle la terapia hormonal sustitutiva (THS).
Los resultados obtenidos son los siguientes: La THS modifica los niveles de FSH; sin embargo los niveles de 17b-estradiol, de progesterona y de testosterona total varían según el principio activo utilizado. Las mujeres con niveles bajos de T4 total responden mejor a tratamientos con estrógenos, y las que presentan niveles altos responden mejor a la tibolona. La THS ejerce un efecto trófico sobre el epitelio mucoso vaginal. El estado de salud general mejora ostensiblemente, pero no hay diferencias entre los grupos con tratamiento.
La THS mejora en general la sexualidad, y en particular la atracción y el deseo, lo que actúa como un beneficio sobre el coito y el orgasmo. La iniciativa en la toma de relaciones sexuales es una variable que no se ve potenciada por ningún tratamiento. Y por último, el paso del tiempo produce mejoría en algunas variables de la conducta sexual (actividad-pasividad, excitación, coito, orgasmo, fantasías y dispareunia), lo que puede deberse a un proceso adaptativo a la situación menopáusica.
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