El ombudsman "moderno" nace con la constitución de Suecia del año 1809, como un delegado del Riksdage, con el objeto de controlar la observancia de las leyes, por los tribunales y funcionarios administrativos. Esta figura se asimila por otros estados europeos, con el fin de la segunda guerra mundial y el aparecimiento del llamado estado administrativo. El funcionamiento democrático de esta nueva forma organizativa, demandó, controlar un poder burocrático abusivo, que rebasó las fórmulas clásicas de fiscalización. La historia del procurador de los derechos humanos de Guatemala es muy diferente. El país sufría una guerra sucia interna que solo en los últimos treinta y cuatro años produjo mas de 100.000 muertos, de 50.000 a 80.000 desaparecidos, un millón de personas desplazadas, 500.000 huérfanos. Como respuesta a este fenómeno toma vida normativa dicha figura en el texto constitucional del año 1985, una institución híbrida, sistemática, que recogió elementos de figuras similares como el Defensor del Pueblo Español. Sin embargo, la institución ha funcionado, creo que por la validez de los principios que protege y por la auctorictas de los diversos magistrados de conciencia, que la han dirigido, inicios esperanzados para un pueblo forjado en la injusticia, desigualdad e intolerancia. La historia la corroborará.
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