La seguridad del paciente es un elemento clave para garantizar la calidad asistencial, convirtiéndose en una prioridad para las instituciones sanitarias. La seguridad del paciente es entendida como la ausencia de accidentes, lesiones o complicaciones evitables, derivadas de la asistencia sanitaria.
Las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria son un evento adverso de dicha asistencia. Según los datos revelados por la Organización Mundial de la Salud, en todo momento, más de 1,4 millones de pacientes, en todo el mundo, contraen una infección relacionada con la asistencia sanitaria, provocando miles de muertes al año. Este tipo de infecciones suponen, por tanto, un problema de salud pública a nivel mundial ya que incrementan la morbimortalidad, los costes sanitarios y los días de estancia hospitalaria, complicando la situación de pacientes y familiares.
Debido a la magnitud del problema que supone la presencia de las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria, “La Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente”, lanzada por la Organización Mundial de la Salud, puso en marcha como primer reto en pro de la seguridad del paciente “Clean Care is Safer Care” (“Una Atención Limpia es una Atención más Segura”), orientada a la reducción de las mismas, impulsando para ello mejores prácticas de higiene de manos.
Las manos de los profesionales sanitarios son el principal vehículo de transmisión y propagación de los microorganismos patógenos causantes de estas infecciones, que son adquiridos a través del contacto directo con los pacientes o con los objetos y superficies que los rodean. Por ello, una de las piezas imprescindibles en la prevención y transmisión de las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria es la higiene de manos. La higiene de manos se puede llevar a cabo mediante dos métodos, a través del lavado de manos con agua y jabón o bien, a través de la fricción de las manos mediante soluciones a base de alcohol. La elección de un método u otro varía en función del tipo de actividad sanitaria que se vaya a realizar o del grado o tipo de contaminación de las manos.
Tanto la Organización Mundial de la Salud, como otras instituciones sanitarias han elaborado guías sobre la higiene de manos dirigidas a los profesionales sanitarios, en las cuales se indican una serie de recomendaciones y directrices para realizar una correcta higiene de manos. Entre estas directrices, se encuentra el modelo de “los cinco momentos” para la higiene de manos propuesto por la Organización Mundial de la Salud, en el cual se muestra aquellas situaciones claves durante la asistencia sanitaria en las que es necesario realizar la higiene de manos.
A pesar de ser reconocida como la medida más eficaz y eficiente en la transmisión de las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria, la evidencia científica ha demostrado un bajo cumplimiento o adherencia por parte de los profesionales sanitarios a la higiene de manos, debido a una serie de barreras y factores como son, entre otros, la irritación y sequedad de la piel que provocan los diversos productos empleados en la higiene de manos, falta de tiempo, olvidos. De ahí que se hayan desarrollado e implantado numerosas intervenciones y con el firme propósito de incrementar y mantener en el tiempo el cumplimiento de la higiene de manos.
Los estudiantes de enfermería, como futuros profesionales sanitarios, deben adquirir durante su formación académica una adecuada educación en materia de seguridad del paciente y control de infecciones relacionas con la asistencia sanitaria, haciendo hincapié en la importancia de la higiene de manos. Recibir esta educación antes del contacto con la práctica asistencial evita la adquisición de hábitos erróneos, ya asentados en algunos profesionales sanitarios.
Considerando la importancia del tema, y con el objeto de prestar una atención sanitaria de calidad, es de gran relevancia nuestro proyecto de investigación, que se justifica por la ausencia de estudios realizados en nuestro medio y nuestro interés como docente en la mejora de la formación y adquisición de competencias de los futuros profesionales.
Por ello, nos propusimos evaluar la efectividad de una intervención educativa acerca de la higiene de manos en el alumnado de primer curso de la titulación de Grado en Enfermería de la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad de Sevilla, a fin de comparar el nivel de conocimientos del alumnado sobre higiene de manos, previo y posterior a la intervención educativa; describir la frecuencia de actitudes y comportamientos del alumnado relacionados con la higiene de manos y valorar las habilidades adquiridas en el procedimiento de HM por parte de los estudiantes de Enfermería.
Para la consecución de dichos objetivos, se ha llevado a cabo durante los cursos académicos 2015-2016 y 2016-2017 un estudio cuasi-experimental o diseño pre-post con grupos equivalentes, simple ciego y con grupo de control. En uno de los grupos no se realizó ningún tipo de intervención (grupo control) y en el otro se desarrolló una intervención educativa sobre higiene de manos (grupo experimental). Los grupos de estudio fueron seleccionados aleatoriamente entre los subgrupos que conformaban la totalidad del alumnado matriculado en dicho curso, por primera vez, que cumplieron los criterios de inclusión establecidos.
A ambos grupos se les suministró un cuestionario validado que exploraba nivel de conocimiento, actitudes e intención de conductas relacionadas con la higiene de manos en un primer momento del estudio (pretest), una vez hubieron otorgado su consentimiento para la participación en el estudio y, nuevamente, en los dos momentos posteriores del mismo (postest 1 y postest 2, a los 15 días y seis meses posteriores al pretest) en el grupo control y en el mismo período de tiempo, tras la intervención educativa, consistente en una sesión teórico-práctica de dos horas de duración, en el grupo experimental. De manera simultánea, se realizó la observación directa de la práctica de higiene de manos con solución de base alcohólica, marcada con solución fluorescente, efectuada por todo el alumnado de ambos grupos en los tres momentos del estudio, con medición objetiva (fotografía de las manos) de las zonas no expuestas al antiséptico, evidenciadas mediante cámara oscura de luz ultravioleta y cumplimentación de hojas de registro ad hoc, individualizadas para cada estudiante.
Todos los datos se incorporaron a una base, diseñada para tal fin y se procedió al análisis estadístico de los mismos, calculándose medidas de frecuencia en las variables cualitativas y medidas de centralización y dispersión en las variables numéricas; se obtuvieron estimadores puntuales con los correspondientes intervalos de confianza y se construyeron tablas y gráficos para la síntesis y presentación de los resultados. Se exploró la relación entre las distintas variables y el comportamiento seguido en cada momento del estudio con pruebas paramétricas y no paramétricas, según criterios de aplicación, considerando en todos los contrastes de hipótesis un nivel de significación del 5%.
Como resultados principales del estudio, en lo que respecta a los datos ofrecidos por el cuestionario y agrupando según las distintas dimensiones del estudio, podemos decir que: El nivel de conocimientos del alumnado en el momento pretest presentaba claras deficiencias en aspectos relacionados con la epidemiología, indicaciones y procedimientos, que mejoraron con la intervención educativa en el grupo experimental, pero que no tuvieron una consistencia y sostenibilidad en el tiempo, a tenor de los resultados obtenidos en el momento postest 2. Con respecto a las actitudes e intención de conducta, el alumnado, mayoritariamente, presentaba una actitud positiva hacia la higiene de manos, que mejoró moderadamente en el grupo experimental y una intención de conducta favorable que se comportó de la misma manera tras la intervención educativa, expresando claramente su disposición a la realización de higiene de manos, fundamentalmente, en aquellos procedimientos que conllevan un mayor riesgo de exposición y como medida básicamente de autoprotección.
En general, los resultados obtenidos en el grupo experimental fueron mejores que los del grupo control, especialmente en el momento postest 1, poniendo de manifiesto el relativo impacto que ha tenido la intervención educativa en la adquisición de conocimientos y el cambio en la actitud e intención de conducta. En el grupo control, por el contrario, la tendencia se ha mostrado más irregular e incluso contradictoria en los diversos momentos.
Por lo que respecta a la técnica de higiene de manos realizada por todo el alumnado, si bien no ha resultado tener una óptima calidad, sí se ha evidenciado una reducción significativa del número de zonas no expuestas a la solución alcohólica en los diferentes momentos tras la intervención educativa llevada a cabo en el grupo experimental, siendo significativamente peores los resultados logrados por el grupo control, lo que habla en favor de la efectividad de la intervención educativa realizada. Las zonas más distales son las que han quedado sin cubrir con mayor frecuencia; así mismo, se han observado mejores registros en palmas frente a dorso y en mano izquierda frente a derecha.
Como conclusión general del estudio, destacamos la moderada efectividad de la intervención educativa llevada a cabo y la necesidad de reforzar los contenidos sobre higiene de manos en los planes formativos de los estudiantes de enfermería, incorporando en el futuro nuevas estrategias que contemplen aspectos que fomenten la participación, autoeficacia y la capacitación individualizada y adaptada culturalmente, así como una evaluación continuada, y que promuevan cambios en la cultura de la seguridad que sirva como modelo para la transformación de los determinantes que impiden la incorporación de la higiene de manos como buena práctica asistencial.
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