Introducción: Se plantea una visión evolutiva del tratamiento de la fisura anal en referencia a la experiencia y criterio terapéutico personal del autor, en el periodo comprendido entre los años 1970 al 2002. No se pretende demostrar ninguna hipótesis, comparar ninguna técnica con otra, o cuestionar la eficacia que, en cada momento, se ha considerado para cada una de las prácticas. Tan sólo pretende hacer una reflexión sobre las opciones disponibles a lo largo del periodo, y evaluar desde la experiencia personal del autor las impresiones que, en todo momento, le han llevado a decidir una u otra técnica.
Para ello se ha realizado un análisis crítico de la bibliografía y se ha comentado con el criterio que, la propia experiencia del autor, permite en cada caso, intentando aplicar siempre la mayor objetividad posible.
Material y método: Incluye la experiencia obtenida con el tratamiento de 2428 pacientes entre los años 1970 al 2002, en el ámbito de la medicina privada, de los cuales, 973 (40.07%) corresponden a fisura anal, 439 (45.11%) varones, y 534 (54.88%) mujeres, con una media de edad de 42,09 años (rango:14-84; DS: 13,08). Se localizan en rafe posterior (n=832; 85,42%), rafe anterior (n=94; 9,65%), o ambos simultáneamente (n=48; 4,93%).
118 pacientes (12.09%) eran portadores de fisura aguda, mientras que 855 (87,90%) lo eran de fisura crónica. En los pacientes portadores de fisura crónica, se asociaba la existencia de papilas hipertróficas en 292 casos (34.15%), hemorroide centinela en 147 casos (17,19%), y la triada completa de fisura, papila y hemorroide centinela en sólo 24 casos (2,80%), mientras que la fisura era el único elemento patológico en 440 casos (51,46%) Sobre esta casuística, se comentan tanto las hipótesis etiológicas como el proceder diagnóstico y diferentes técnicas de tratamiento. Además, se presenta la experiencia diagnóstica mediante el detector anal del dolor, un instrumento diseñado por el autor específicamente para facilitar el diagnóstico de la fisura anal.
Los tratamientos que se han realizado quedan expresados en la siguiente tabla.
TOTAL FISURAS TRATADAS ................................. 973 FISURAS AGUDAS ............................................... 118 Tto médico-higienico-dietetico ................................................ 116 Dilatación anal ................................................. 1 Esclerosis (y posterior fisurectomía) .............................................. 1 FISURAS CRÓNICAS ............................................ 855 Tto médico-higienico-dietetico ................................................ 241 Esclerosis(*) ................................................................................ 119 Esclerosis ......................................................................... 32 Esclerosis+LASER ............................................................ 51 Esclerosis+onda corta ..................................................... 32 Esclerosis+onda corta+LASER .......................................... 4 Tto quirurgico ........................................................................... 495 Dilatación anal ................................................................. 17 Esfinterotomía lateral interna ............................................ 4 Fisurectomia+esfinterotomía ........................................ 178 Fisurectomía+esfinterotomía+papilectomía ................. 292 Papilectomía ..................................................................... 4 (*) 33 de ellos serán posteriormente serán intervenidos Conclusiones resumidas 1. La fisura puede diagnosticarse tan sólo con una adecuada anamnesis bien dirigida.
2. La isquemia mucosa tiene un papel fundamental en el desarrollo de la fisura.
3. La hipertonía esfinteriana asociada es determinante en la persistencia de los síntomas, pero no en su origen.
4. Las fisuras agudas responden en la mayoría a medidas conservadoras, mientras que las crónicas requieren en mayor medida de tratamientos más invasivos.
5. La exploración anal mediante Detector Anal del Dolor es eficaz en la totalidad de los casos para el diagnóstico y localización de las fisuras anales, a la vez que poco molesta para el paciente.
6. La infiltración perianal con anestésico local facilita la exploración y permite el diagnóstico de otras patologías concomitantes.
7. La tendencia evolutiva en el tratamiento consiste en disminuir las indicaciones quirúrgicas a costa de aumentar las indicaciones conservadoras, como primer escalón de tratamiento.
8. Son fundamentales una alimentación rica en fibras, adecuada hidratación, y baños de asiento en bidé 9. La esfinterotomía lateral interna, con un buen control de la cantidad de esfínter seccionada es una técnica adecuada para el tratamiento de la fisura anal crónica.
10. La fisurectomía con esfinterotomía controlando la cantidad de esfínter seccionada, asociada con papilectomía (si procede), es la técnica más efectiva para tratar la fisura anal crónica.
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