El fenómeno de la globalización en el arte. El arte contemporáneo en Taiwán
- Autores: Sow-wei Chang
- Directores de la Tesis: Juan Francisco Cárceles Pascual (dir. tes.)
- Lectura: En la Universidad de Sevilla ( España ) en 2012
- Idioma: español
- Tribunal Calificador de la Tesis: Manuel Parralo Dorado (presid.), Carmen Andreu-Lara (secret.), Antonio Zambrana Lara (voc.), Rafael Sánchez-Carralero López (voc.), Manuel Huertas Torrejón (voc.)
- Materias:
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- Resumen
El resumen de la tesis con el título: El fenómeno de la globalización en el arte. El arte contemporáneo en Taiwán. Presentada SOW-WEI CHANG.
El arte que se desarrolla hasta hoy en día, casi no tiene ninguna línea de demarcación que no se puede superar. Y desde la formación de la hegemonía de la globalización, el arte contemporáneo entra en una lógica del mercado que busca de lo nuevo, lo rápido y lo variable.
Aprovechando unas exposiciones bienales conocidas, se reúnen los artistas de diversos países en determinado tiempo y lugar, para conversar de temas comunes desde sus diferentes perspectivas culturales.
No obstante, el fenómeno de la globalización empezó a tener presencia en Taiwán a finales de los 80, y este fenómeno se asoció estrechamente con la corriente en todo el mundo. Se reconoce que la globalización se inició a finales de la década de los 80, coincidiendo con el fin de la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, la reunificación alemana, hasta que China abandonó el comusimo y socialismo, rompiendo las barreras existentes con el mundo libre, y acercándose al capitalismo. Estos acontecimientos históricos simbolizan la eliminación de un gran obstáculo artificial, y desde entonces, el liberalismo llega a funcionar en todos lugares del mundo.
En realidad, a partir de los años 80 y hasta hoy en día, lo que nunca ha mostrado recesión en los movimientos del arte taiwanés es la corriente posmodernista. Entre lo ¿moderno¿ y lo ¿posmoderno¿, el cambio que ha sufrido no se basa en su estilo, sino en el conocimiento de su estructura. Ya es muy difícil distinguir la tradición de la vanguardia, así como la modernidad de la posmodernidad, atendiendo sólo a sus estilos. Los historiógrafos tradicionales del arte lo tratan según los materiales de creación. Y los que suelen clasificarlo con ismos (por ejemplo, el realismo y el expresionismo) ya limitan sus tratados en los grupos específicos (así como el arte femenino / femenista), en la expresión ideológica (el construccionismo), el modo de elaboración u operación (el nuevo Pop Art) y la forma de exposición (la instalación). De hecho, las publicaciones actuales con respecto al arte contemporáneo, en su mayoría no tienen sentido ni regla en común para sus métodos de clasificación y sus perspectivas de análisis.
