Como ha podido advertirse a lo largo de todo este estudio, las conclusiones que su autor aporta, se fundamentan en una amplísima experiencia ajena, y en el análisis riguroso de 307 casos, de los que se da cumplida noticia en los capítulos anteriores. De estos 307 casos, corresponden:
- 40 a sujetos normales, que muy excepcionalmente reflejaron tendencia a la trombosis.
- 207 a enfermos analizados después de haber padecido un accidente cardiovascular, (infarto, trombosis, tromboflebitis y embolia), o en el periodo entre dos cuadros de esta naturaleza, o con inmediata antelación a la presencia de un cuadro de este orden.
- 25 a enfermos afectados de neoplasia, con y sin tratamiento de cobaltoterapia o médico-oncológico.
- 35 a enfermos afectados por padecimientos de diverso orden (urémicos, leucémicos, con prótesis valvulares cardíacas, pre y postoperatorios, etc.).
A la vista de todas las consideraciones realizadas hasta el momento, creemos, que en el actual estado de la ciencia trombológica, pueden ofrecerse, las conclusiones que seguirán orientadas al más correcto diagnóstico de las alteraciones tromboembólicas, a su posible prevención, y el tratamiento más eficaz.
CONCLUSIONES:
1. La agregación plaquetaria se manifestó como aquella función de las plaquetas que sufre una mayor alteración en los procesos tromboembólicos. El consenso de los especialistas sobre la importancia de la agregación plaquetaria es hoy prácticamente unánime. El autor de este trabajo ha visto confirmada esta opinión en el reciente Congreso de la Sociedad Internacional de Hemostasia y Trombosis celebrado en Oslo, en Julio de 1971.
2. Aunque en toda nuestra casuística de enfermedades cardiovasculares el índice de agregación estaba elevado, este manifestaba la máxima elevación en los casos de infarto de miocardio.
3. Paralelamente a la conciencia de que la agregación plaquetaria tiene señalada importancia en las enfermedades tromboembólicas, se ha ido desarrollando la idea de que la agregometría, en cuanto medición de tales procesos, tiene un carácter fundamental para el diagnóstico e incluso prevención de los accidentes de la naturaleza que nos interesa. El desarrollo de nuestra investigación en este momento recomienda el uso de la agregometría con la aplicación de otros test trombológicos, evitando la actitud ingenua de imaginar que solo ella sería la panacea para acometer los procesos que hemos estudiado.
4. Junto a la agregometría, hemos comprobado que los test más significativos para el estudio trombológico son: el de tromboplastina parcial o test de cefalina, el índice tromboelastográfico, la viscosimetría, la hipofibrinolisis, la lipemia, glucemia y fibrinogenemia, la beta lipoproteínas y el colesterol; y por este orden precisamente. En cambio, los resultados que ofrecen los tests de tiempo de coagulación, recalcificación protrombina, proteínas totales, y fibrinólisis en tromboelastografía, no merecen semejante interés para estos estudios.
5. Habida cuenta de que en el tratamiento de los enfermos cardiovasculares, han respondido mejor a la profilaxis o al tratamiento, aquellos a quienes se les ha administrado A.S.A. (ácido acetilsalicílico) junto con anticoagulantes u otros fármacos, se concluye que el A.S.A. disminuye la tendencia a la agregación plaquetaria. Como puede advertirse en el cuerpo de este trabajo, este efecto lo producen también otras substancias, pero no en el mismo grado que la aspirina y la heparina.
6. Y último, en el orden operativo, en presencia de sujetos con un estudio trombológico patológico, antes o después de un accidente cardiovascular, se recomienda, desde nuestro punto de vista, un tratamiento que incluya fibrinolíticos, o anticoagulantes potenciados con A.S.A., (protegido) al mismo tiempo que se hace un tratamiento de refuerzo del endotelio vascular a base de rutóxidos, sin olvidar nunca la profilaxis y tratamiento de la situación strssante del enfermo.
Todo investigador, haciendo uso de las herramientas que su momento le proporciona, es un pionero que levanta mapas de nuevas regiones inexploradas del saber, que a su contemplación se abren. Este estudio es uno de esos mapas que se levantan sobre el territorio, quizás delimitado, pero nunca explorado suficientemente, de los accidentes vasculares.
No hace mucho que el Doctor Romekert Feija, representante de la Organización Mundial de la Salud en el VI Congreso Internacional de Cardiología, hacia notar que el infarto de miocardio progresaba con velocidad fulminante en los países desarrollado. Ciertamente, las muertes ocasionadas por enfermedades cardiovasculares en los países europeos, durante estos últimos diez años, han reclamado por su incremento, la ineludible atención de los científicos.
El problema de las trombosis y de las enfermedades cardiovasculares preocupa desde hace años a la Organización Mundial de la Salud, que ha fomentado el estudio en este dominio.
Por no omitir inolvidables referencias, se recuerda que en el Congreso celebrado en Bucarest en 1965 sobre la prevención de las Trombosis y enfermedades cardiovasculares, se señalaban entre los factores patogénicos de aquellos accidentes: La hipertensión, la inactividad física, el tabaco, el stress nervioso, la reacción del individuo al stress, los estados hiperlipémicos, la diabetes, y los factores vasculares, sanguíneos, plaquetarios, y la coagulación.
Según datos de 1967 facilitados por la ya referida Organización Mundial de la Salud, las enfermedades de corazón, trombosis y accidentes vasculares cerebrales, cabalgan ya en cabeza de los nuevos jinetes del Apocalipsis.
En 1970 la Asamblea de la Salud celebrada en Boston, trató nuevamente de estos problemas poniendo de relieve la influencia del modusvivendi en la etiopatogenia de las trombosis. Y casi coetáneamente el Comité Internacional de Hemostasis y Trombosis ha puesto de manifiesto la intervención de las plaquetas en la patogenia de las trombosis, refiriéndose a la agregación de estas y a su control.
Esta breve selección de referencias es de suyo suficiente para manifestar la actualidad del tema elegido como materia de investigación. Y su importancia no precisa de un subrayado especial –ya es de dominio público- que con menor motivo debe de hacerse ante un auditorio cuyo cometido es proteger, conservar y restaurar la salud del hombre.
Mi interés por el tema, nacido a lo largo de los años de licenciatura, y alimentado a lo largo de mi ejercicio profesional, me indujo a la selección y estudio de la bibliografía pertinente, y al acopio de casuística de mis intervenciones profesionales.
Posteriormente establecí con el Profesor Owren, director del Centro de Investigación de Trombosis de la Universidad de Oslo, y Presidente de la Asociación Internacional de Hemostasis y Trombosis, y orientado por sus enseñanzas me dediqué desde 1969 con mayor intensidad a la elaboración de este trabajo, eligiendo una selección de test adecuados para el análisis de la intervención de los diversos factores en la producción de los accidentes cardiovasculares: a tales tests me refiero en el cuerpo del trabajo y en las conclusiones, señalando su utilidad para el diagnóstico de las afecciones que nos interesan.
El desarrollo de los estudios sobre hemostasis y trombosis, que vendrían a constituir el aspecto medular del saber trombológico, ha dado lugar a la creación de institutos varios como el Centro de Investigación de Trombosis de Oslo, el Servicio de Trombosis de Hamburgo, el Comité Internacional de Hemostasis y Trombosis, etc. Con tales centros mantenemos los contactos oportunos desde el Servicio de Trombología a cuyo desarrollo hemos contribuido modestamente.
Permítasenos unas palabras para aludir a la estructura formal del trabajo: El libro está dividido en siete capítulos, a los que acompaña la relación de la bibliografía considerada para la elaboración de todo el estudio. A lo largo de la obra abordo toda la problemática trombológica, con el intento de situarme en la línea, cada vez más difundida y consciente de que la trombología –denominación que hemos contribuido a difundir –constituye una unidad nosológica en el contexto general de las ciencias médicas y en íntimo contacto con los estudios hemostáticos.
Destino el capítulo primero a hacer un esbozo, inevitable pero sucinto, sobre las manifestaciones de la trombosis a lo largo de la historia, la correlativa evolución de la ciencia médica en relación con ella.
Con el propósito de dejar bien delimitado el campo de nuestra investigación específica, y antes de introducirnos en sus pormenores, se dedica el capítulo segundo a las bases patogenéticas de las trombosis, considerando la trilogía de Wirchof, y atendiendo por eello el factor vascular, al factor sanguíneo y al factor circulatorio, al que añadimos otro más, el factor stress, con cuya incoporación manifestamos nuestra convicción en la unidad de la ciencia médica. El stress, en relación con las enfermedades que nos ocupan, pone de manifiesto la influencia del ambiente interno y exterior a la persona en su equilibrio sanitario; hace evidente que la misión del médico no es tanto curar enfermedades, si no hombres; y señala la existencia de múltiples relaciones de la medicina con otros campos científicos que tienen al hombre como objeto.
El carácter de recopilación y puesta en cuestión del tema de estudio, que parcialmente tienen esos capítulos, sugería dedicar el siguiente al método seguido en la experimentación que este trabajo aporta. Nos referimos por ello en el capítulo tercero a las facetas instrumentales de los estudios trombológicos realizados en nuestro Centro de Trombología de la Escuela Profesional del Aparato Circulatorio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla. Las técnicas utilizadas, aparatos de los que nos hemos servido, etc., encuentran aquí su lugar como dato previo a la exposición de las experimentaciones realizadas y las conclusiones obtenidas.
En el capítulo cuarto, mediante la presentación de los cuadros, gráficos y tablas que recogen la labor de estos años, nos ocupamos de establecer la correlación que parece existir entre los factores patogénicos.
El capítulo quinto reúne, con un orden específico, estudios agregométricos realizados sobre una población de individuos sanos, y sobre enfermos afectados de padecimientos varios: infarto de miocardio y accidentes tromboembólicos, tromboflebitis, cáncer y otras enfermedades.
La influencia de los fármacos en el tratamiento preventivo o posterior de las trombosis, queda reflejada en el capítulo sexto, donde se recoge la experiencia obtenida al respecto por el autor.
El séptimo capítulo recoge, finalmente, la síntesis y la relación de las conclusiones del trabajo.
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