Contrastación de un modelo de resiliencia en cáncer infanto-juvenil
- Autores: Carmina Castellano Tejedor
- Directores de la Tesis: Lluís Capdevila Ortís (dir. tes.), Tomás Blasco Blasco (dir. tes.)
- Lectura: En la Universitat Autònoma de Barcelona ( España ) en 2011
- Idioma: español
- Tribunal Calificador de la Tesis: María Pilar Barreto Martín (presid.), Tatiana Rovira Faixa (secret.), Milagros Bárez Villoria (voc.)
- Materias:
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- Resumen
En las últimas dos décadas, la oncología pediátrica ha avanzado enormemente en cuanto a conocimiento científico y manejo terapéutico del cáncer. Gracias a ello, actualmente las tasas globales de supervivencia relativa para todos los tumores a 5 años tras el diagnóstico, son superiores al 75%. Sin embargo, el índice de supervivencia no debe tomarse como único criterio de éxito, ya que en muchas ocasiones, a consecuencia del cáncer y su tratamiento, esta población puede presentar secuelas y/o alteraciones a medio-largo plazo, tanto a nivel físico (p.e. desórdenes endocrinos y metabólicos, alteraciones músculo-esqueléticas, amputaciones, etc.) como psicológico (p.e. alteraciones cognitivas, problemas emocionales, alteración de las relaciones sociales, etc.). Por estas razones, el estudio de la calidad de vida en relación a la salud (CVRS) y del impacto específico que ha supuesto la experiencia oncológica en este colectivo creciente de supervivientes, ha ido cobrando mayor relevancia en los últimos años.
Pese a que cada vez contamos con un mayor conocimiento acerca de la situación y de las necesidades de los supervivientes a un cáncer infanto-juvenil, todavía son necesarios más estudios que, entre otros aspectos, analicen: 1. El impacto de la experiencia oncológica (tanto en los propios pacientes como en su entorno socio-familiar), 2. El proceso de adaptación que sigue esta población tanto al enfrentarse a la enfermedad oncológica, como al periodo posterior de supervivencia de la misma, y 3. El grado en que dicha adaptación puede verse modulada por distintos factores de riesgo y protección (tanto de tipo personal como socio-familiar).
Para ello, a partir de una muestra de adolescentes oncológicos en remisión y de sus padres y/o cuidadores principales, se planteó un estudio descriptivo-correlacional de tipo transversal, cuyo objetivo principal fue el de contrastar empíricamente un modelo de resiliencia en cáncer infanto-juvenil. Con ello se pretendía conocer el patrón de respuesta de esta población a la enfermedad oncológica, así como qué variables presuntamente relacionadas con dicho proceso pueden tener cierto papel predictivo respecto a la CVRS y la adaptación/desadaptación final resultante de esta muestra de adolescentes supervivientes.
En base a los resultados obtenidos, podemos considerar que todos los factores de riesgo y protección (personales y socio-familiares) contemplados en el modelo de resiliencia durante la enfermedad oncológica, han mostrado una cierta relación con las distintas dimensiones de CVRS del adolescente oncológico en remisión. Estos factores son: el apoyo social, el optimismo, las estrategias de afrontamiento y la emocionalidad negativa. También se ha podido confirmar que los factores de riesgo socio-familiares en periodo de supervivencia oncológica (estrés general y malestar emocional a raíz del cáncer del hijo/a) guardan relación con la CVRS del adolescente superviviente. Sin embargo, esta relación no ha podido observarse en lo que se refiere a los factores de riesgo (secuelas) y protección (ejercicio físico y benefit finding) del adolescente en periodo de supervivencia; ni tampoco en lo que se refiere a los factores de protección socio-familiares (benefit finding) en el mismo periodo.
Las implicaciones que pueden derivarse del presente trabajo son, por una parte, un conocimiento más amplio acerca de los patrones de respuesta de los adolescentes frente al cáncer y su tratamiento y, por otro lado, un mayor conocimiento acerca de la relación de dichas respuestas de ajuste con la CVRS y la adaptación final resultante en periodo de supervivencia oncológica. Creemos que todo ello resulta de gran utilidad tanto para las personas que se encuentran en esta misma situación, como para el sistema sanitario en sí, ya que ofrece la posibilidad de enseñar ciertas habilidades o de fomentar ciertos recursos, que ayudarán a favorecer una mayor CVRS y una mejor adaptación, disminuyendo al máximo las alteraciones funcionales que podrían derivarse de la vivencia de la enfermedad oncológica.
