La tesis tiene como objetivo general el estudio comparativo de las obras de Mario Vargas Llosa (1936) y Francisco Umbral (1932). Dos columnas equidistantes y equivalentes en el periodismo, en el ensayo crítico y en la narrativa. Dos auténticos representantes de la literatura española e hispanoamericana. Dos autores cronológicamente contemporáneos, dos visiones que divergen en el estilo literario de su narrativa, pertenecen a diferentes contextos histórico-sociales y culturales, pero coinciden en un componente esencial: la riqueza del universo femenino en sus obras. El estudio abarca tres capítulos para analizar, tanto lo biográfico como bibliográfico y arribar al objetivo nuclear de la investigación: determinar los arquetipos femeninos confluyentes. Para el análisis de las fuentes primarias, secundarias y demás textos críticos hemos agrupado en una misma cartografía los hitos geográficos, hechos históricos aproximados, las vivencias íntimas y familiares de sus primeras etapas vitales, determinantes en la formación de su personalidad y vocación, entre otros elementos biográficos para determinar los aspectos confluyentes. Estas claves significativas de su infancia, niñez y adolescencia serán el eje de su literatura. Ambos han ficcionalizado sus microcosmos como una fusión del tiempo y del espacio «en una suerte de identificación entre memoria e imaginación», como afirma Bachelard y establecido la conexión entre vida y obra, «fruto de un hombre concreto con sus experiencias biográficas y su formación literaria». Tanto Mario Vargas Llosa como Francisco Umbral han producido auténticas ficciones, partiendo de la memoria para recrear a sus personajes femeninos de distintos perfiles que será la génesis de los arquetipos concurrentes de sus producciones. De todo el inmenso océano de lecturas y de autores de su árbol genealógico, los abanderados son Proust y Flaubert, respectivamente, maestros de la literatura francesa, cuya influencia ha configurado sus mundos imaginarios, en ciertas líneas temáticas esenciales, primordialmente, relacionadas con el universo de la mujer, entre otros maestros. La mayor confluencia se presenta en los arquetipos femeninos del entorno familiar: abuelas, madres, tías, primas. A través de estos, los dos escritores nos plantean «las obsesiones de sus narradores y [¿] la recuperación del pasado en sus dimensiones más intimas» que, no es otro que sus propias obsesiones encarnadas en sus personajes simbólicos que concentran el pasado familiar e histórico. De igual manera, a los otros arquetipos confluyentes de los entornos sociales más próximos a su adolescencia los hemos agrupado dentro de los arquetipos sociales: monjas, criadas y meretrices. En definitiva, ambos se han nutrido de diversos momento histórico-sociales claves para las mujeres. Ambos han sabido aprovechar estos avatares, entre sorprendidos y fascinados, como testigos de estas transformaciones socio-culturales y esto les ha otorgado un lugar privilegiado. Los dos han acopiado en sus obras las diferentes etapas de la mujer y las han cartografiado tomando en cuenta las convergencias y divergencias para ofrecernos una mirada telescópica que las compendia armoniosamente respetando su individualidad, pero al mismo tiempo, asumiendo su pluralidad.
Nuestro estudio confirma que entre ellos se ha entretejido una interconexión e intertextualidad que trasciende las fronteras de lo biográfico y abarca inclusive lo bibliográfico, como demostramos al presentar abundantes y variados rasgos y puntos análogos, así como ejemplos textuales de sus propios libros. Todas estas filiaciones conforman el corpus de nuestra investigación.
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