Esta tesis plantea un abordaje interdisciplinar de la angustia y la ansiedad motivado por la gran incidencia de estas patologías en la sociedad actual.
Debido a esta prevalencia creciente, reflejada en su amplia investigación, unido al elevado consumo farmacológico para mitigarlas, proponemos un nuevo planteamiento neurobiológico.
Este planteamiento comprende nuestros objetivos: mejorar la calidad de vida de las personas aquejadas de angustia y ansiedad y redefinir su carácter patológico e integrar estos conceptos en la constitución de la naturaleza humana.
Los conocimientos neurobiológicos presentados permiten establecer el sustrato subyacente en la angustia y la ansiedad, que situamos en la plasticidad neuronal: en su condición de representante de la potencial capacidad de adaptación cerebral y humana.
De forma similar al aprendizaje cerebral humano, planteamos que resulta posible, vía modificación cerebral, abordar la comprensión de la angustia y la ansiedad.
Nuestra visión neurocientífica considera la angustia y la ansiedad herramientas adaptativas. La angustia como emoción constituye un conjunto de procesos fisiológicos corporales y cerebrales, resultado de un sistema preparatorio de la acción, y producto de la escala evolutiva.
La ansiedad es una experiencia emocional propia y exclusiva del hombre, cuya verbalización es compleja y limitada para muchas personas que la padecen. Consideramos posible contribuir a su expresión verbal, y en consecuencia, promulgamos el paso de lo corporal (angustia) a lo emocional (la elaboración de esa emoción como sentimiento).
Esta elaboración de sentimientos vía cognitiva, configura representaciones que constituyen el fundamento neurobiológico y la base de la terapia planteada. El sustrato neurobiológico subyacente a la terapia propuesta se sitúa en la conexión amígdala-corteza cerebral. Esta conexión neural exclusivamente humana permite elaborar sentimientos de miedo: capacidad propia y definitoria de nuestra especie, de modo que acotamos la ansiedad en una representación y la unimos a la emoción que suscita y, vía esta asociación representacional, verbalizamos.
La ansiedad ya no se expresará como sentimiento difuso o experiencia emocional vaga frente a elementos indefinidos. Con la reestructuración cognitiva podremos configurar representaciones que permitan la conexión estímulo-reacción emocional para poder expresar el elemento generador de miedo, que se encuentra previamente representado en la corteza cerebral.
Nuestro planteamiento interdisciplinar considera a la angustia y la ansiedad motores del psiquismo humano, impulsores de los procesos cognitivos conducentes a la elaboración conceptual.
Una vez integrados los conceptos en los esquemas cognitivos e interiorizados como ruta neural permiten su expresión verbal.
La terapia propuesta sustentada neuronalmente promueve aprender a distinguir las señales biológicas y fisiológicas (incluidas las somáticas) de otro tipo de sensaciones consideradas y propuestas a elaborar.
La elaboración sensitiva o la transformación de las sensaciones biológicas y fisiológicas en sentimientos o sensaciones más cognitivas, permite discernir si frente a una situación estresante las señales recibidas son principalmente fisiológicas, o bien debemos dotarlas de un nombre.
La terapia planteada y el sustrato neurobiológico sustentador se fundamentan en el valor biológico y adaptativo de la angustia y la ansiedad, conducentes a promover su estudio desde un nuevo enfoque neurocientífico.
Las teorías actuales otorgan un sustrato neurobiológico que fundamenta y apoya nuestro planteamiento y su terapia derivada.
Las bases teóricas expuestas que permitirán desarrollar una terapia, pretenden ayudar a reducir los aspectos patológicos de la angustia y la ansiedad y que los pacientes conozcan la verdadera naturaleza de ambas entidades: su condición de herramientas de adaptación biológica preparatorias del comportamiento adaptativo frente a las necesidades humanas.
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