Evaluación de los beneficios de dos programas de prevención de riesgos psicosociales en el profesorado de secundaria
- Autores: Bárbara Masluk
- Directores de la Tesis: Santiago Gascón Santos (dir. tes.), Javier García Campayo (dir. tes.)
- Lectura: En la Universidad de Zaragoza ( España ) en 2016
- Idioma: español
- Tribunal Calificador de la Tesis: Santos Orejudo Hernández (presid.), Jordi Navarro (secret.), Joao Paulo Soares Pereira (voc.)
- Programa de doctorado: Programa de Doctorado en Educación por la Universidad de Zaragoza
- Materias:
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- Resumen
La palabra burnout en inglés significa "estar quemado” y como fenómeno psicológico fue descrito por primera vez en 1974 por Freudenberger, un psiquiatra que conceptualizó este síndrome que observaba en personal voluntario. El cuadro se caracterizaba por estados de ansiedad y depresión, pero sobre todo por falta de energía, y desmotivación para el trabajo, acompañados por una actitud fría e incluso agresiva hacía los usuarios de sus servicios. En términos generales burnout, que también es normalmente usado en la literatura bajo el nombre “desgaste profesional”, y “desgaste psíquico” se describe como síndrome por distrés personal crónico en el ejercicio laboral. Es frecuente la confusión que se genera entorno a los términos estrés y burnout. Mientras que el estrés es un proceso que suele predecir la aparición de burnout, existe una clara diferenciación entre los dos conceptos.
En la actualidad se suele aceptar la perspectiva psicosocial con la definición más consensuada aportada por Maslach y Jackson (1981). Donde se define burnout como una manifestación conductual del estrés laboral, siempre en el contexto de una organización donde “el agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal pueden ocurrir frecuentemente entre los individuos cuyo trabajo implica atención o ayuda a personas”.
El burnout en profesores ha sido ampliamente estudiado en diferentes niveles (Byrne, 1994).
Un profesor siente agotamiento emocional cuando percibe su incapacidad de aportar más a sus alumnos, muestra cinismo, evitando el contacto con ellos, o con sus padres y, finalmente, con los compañeros de trabajo; llegando a manifestar sentimientos de despersonalización como si fueran objetos. En definitiva, puede llegar a sentir baja eficacia profesional teniendo sensación de no saber enseñar.
El trabajo propone una revisión de las características distintivas que este síndrome puede mostrar en la población docente, las variables individuales potenciadoras del estrés laboral y burnout y los factores organizacionales en el desarrollo del síndrome.La segunda parte ofrece un estudio experimental donde se plantea evaluar la eficacia de dos tipos de intervención, a partir de los datos obtenidos de la evaluación de los riesgos psicosociales en los Centros de Educación Secundaria de Aragón (uno basado en dotar a los profesionales de estrategias para el afrontamiento del estrés y en el manejo de situaciones potencialmente conflictivas, y otro basado en introducir mejoras organizativas).
Se intervino de forma diferente entre tres meses y un año. La evaluación se realizó mediante datos de autoinforme procedentes de distintos cuestionarios que recogían tanto datos sobre las percepciones subjetivas acerca de bienestar, ajuste al rol docente, problemas de salud; como el nivel de burnout y ajuste entre la persona y el puesto de su trabajo (áreas de vida laboral).
La intervención en estrategias de afrontamiento tuvo un formato de curso práctico. La intervención sobre aspectos objetivos de la organización se centró en la modificación de los riesgos que se hayan mostrado más evidentes en la evaluación.
