La presente Tesis estudia dos procesos que son cruciales para comprender la respuesta de los productores primarios al forzamiento físico en el sistema golfo de Cádiz – estrecho de Gibraltar – mar de Alborán: (i) La dinámica de los aportes continentales de los ríos que descargan al golfo de Cádiz, que transportan, entre otros componentes, nutrientes que a su vez contribuyen de forma importante al crecimiento del fitoplancton en la franja costera del Golfo y estrecho de Gibraltar.
(ii) Los procesos de mezcla vertical inducidos por las ondas internas generadas en el umbral de Camarinal, prestando especial atención a las mezclas verticales que se producen en el mar de Alborán y que pueden jugar un papel significativo en el suministro de nutrientes a la capa superior, ayudando por lo tanto al sostenimiento del fitoplancton en esta región.
En cuanto a los aportes continentales del río Guadalquivir, la evolución de la pluma de turbidez hacia el estrecho de Gibraltar precisa que imperen condiciones de vientos con componente norte, noroeste u oeste. Por el contrario, el desarrollo de la pluma hacia el oeste precisa de vientos con componente este, sur o sureste. Por otra parte, como la mayor parte de las precipitaciones en la cuenca del Guadalquivir ocurren en coincidencia con vientos de componente oeste, los momentos de máxima descarga en la desembocadura del río ocurren bajo condiciones que favorecen el transporte por la franja costera de las sustancias inmersas en la pluma y otras propiedades asociadas a ella, hacia el estrecho de Gibraltar y mar de Alborán.
En cuanto a los procesos de mezcla vertical inducidos por las ondas internas, se ha encontrado un mecanismo para la ocurrencia de mezcla vertical dentro de la picnoclina, en el que es esencial la implicación de modos baroclinos de orden superior (hasta el modo 9). La presencia de estos modos baroclinos de orden superior confieren una regularidad importante en la presencia de ondas internas en la región de Alborán, regularidad que se traspasa a los procesos de mezcla inducidos por estas ondas. Además, la pequeña escala vertical (unos 20 m) y horizontal (unos 100 m) de estos modos baroclinos requieren que los modelos numéricos, destinados a simular procesos de mezcla vertical en estas regiones, tengan una resolución espacial lo suficientemente alta para que permita resolver las longitudes de onda implicadas.
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