La tesis pretende aportar una visión amplia de las interacciones entre el territorio y los nombres de lugar (o topónimos), y demostrar la idoneidad del enfoque geográfico en el estudio de la toponimia. A estos efectos, el trabajo se ha planteado a dos niveles. Por un lado, se ha profundizado en los aspectos teóricos de la ciencia onomástica, y se ha podido argumentar que la geografía constituye, junto con la lingüística y la historia. Uno de los pilares fundamentales de cualquier investigación sobre los nombres de lugar. Por otro lado, los principios teóricos se han aplicado al estudio geográfico-toponímico de una región concreta de cataluña: la comarca del Baix Camp (Tarragona). A partir de fuentes diversas (en especial, inventarios de nombres y cartogragía) se ha podido establecer la "toponimia básica" de este territorio, cifrada en unas 18.000 unidades. Estos nombres, debidamente ordenados y sistematizados, han sido la base, en último término, de un análisis semántico-onomasiológico del conjunto del territorio comarcal.
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