Se analizó el estado nutricional, la salud percibida, la dependencia, el estado cognitivo, y la dieta de un grupo de personas mayores institucionalizadas y externas atendidas para su alimentación. Los resultados obtenidos demostraron que el medio residencial y todo lo que conlleva de positivo, como el hecho de vivir acompañado o recibir asistencia socio-sanitaria diariamente, contribuía a sobrellevar mejor las limitaciones físicas propias de la edad, así como a mejorar la calidad de vida. Las quejas más importantes entre los usuarios de los servicios de Comedor estaban relacionadas con el dolor y la movilidad. Los usuarios del servicio de comida a domicilio constituían un grupo de población cuya tendencia es vivir en soledad, necesitar de alguna persona para que les ayude en el día a día, y tener problemas de salud que les impiden la autonomía personal, por lo que presentaban un riesgo nutricional.
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